El Cigarral

La siguiente entrada fue escrita hace más de cinco años así que es probable que esté desactualizada.

La fábrica de Tabacos. Vaya sitio mítico entre los míticos ahí a dos pasos de la Estrella y ya echándole miraditas al Puerto. Puede que en Montealto tengan una cárcel vigilada por un faro romano milenario, pero los fantasmas de la tabacalera de la Palloza son personajes firmados por Doña Emilia Pardo Bazán, ahí es nada, para que farden también en Cuatro Caminos.

Cuando reformaron la plaza colindante, todo este halo de misticismo y historia se pervirtió un poquito en forma terracitas de postureo. Y oye, que a nosotros también nos privan las terrazas, pero es que las veces que paseamos por ahí vimos poca tortilla y mucho pinchito escaso y eso nos olió a chamusquina. Sin embargo, si algo debéis saber es que creemos en la gastronomía local mucho más que en Dios y no tenemos dudas de que todo modelo basado en el precio alto y poco mordisco acabará por ser sepultado por bares y tascas tortilleros de comer a fartar. O al menos eso esperamos.

Mientras esto no cambia, nosotros vamos intentando buscar como oro en el río, aquellos locales que se salvan un poco de la quema y que en plena jungla del postureo nacen como alternativas más afines a nuestro espíritu. Y aunque somos hormigas por la semana, en el finde nos gusta hacer la cigarra (y comer cigalas pero no nos da el cash) así que de troula fuimos a este El Cigarral a ver si nos animaban la tarde con una tortilla. Este fue el resultado.

Aspecto: Se ve un tamaño normal, alguna parte tostadita, amarillo anaranjando de tez y sobre todo seca como un castellano haciendo un favor.
Jugosidad: No costaba tragarla en exceso pero varias veces hubo que intercalar un poco de pan por un problema que comentaremos del sabor. La patata estaba medio deshecha con el huevo así que jugosa como tal no era y sí algo densota. Se hubiera agradecido más mojeteo aunque se tragó bien.
Sabor: Muy homogéneo de mezcla, el huevo hipercuajado y las patatas medio deshechas mezcladas haciendo que la consistencia sea, a falta de un término más técnico blandita. La temperatura del plato era ambiente y la corteza como predecimos: tostadita. La probamos con cebolla y aquí vino el gran problema. El toque dulce de la cebolla se alternaba con un punto de sal superior a lo deseable. Esta mezcla al final acababa por ser un poco desagradable, este contraste de mundos. Pero se comía bien.
Tamaño: Llegaba para merendar y el trozo de pan era bien grande.
Precio: Creemos recordar que entre 1,7 y 1,9€
Otras observaciones: Pan de verdad, fresco y abundante. Dan opción a con cebolla o sin cebolla. Es un local nuevo, normal y agradecemos que escape de lo cuqui. Servicio muy bueno,

Y el veredicto es…

Nota final: La tortilla del cigarral no es perfecta y tiene muchos frentes de mejora, pero fácilmente solucionables. Es por eso y porque la ingesta fue moderadamente placentera que le vamos a dar un 6,5/10 animándolos a que se suelten un poco más con el huevo (y hay truquitos para que quede más jugosa) y que nivelen los niveles de dulce y salado.
Lo mejor: El servicio, la buena predisposición y la posibilidad de elegir si con o sin cebolla. Hay que premiar a los sitios que apuestan por un tortilleo a la carta.
Lo peor: El baile de dulce y salado.

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El Cigarral está en la calle Primavera, al lado de la Tabacalera

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