Seguro que a muchos de vosotros ese nombre de Cafetería Arpa os dice algo. Y si además acostumbrais a hacer el camino que une Cuatro Caminos con el Obelisco y los Jardines, ya tendréis completamente localizado el local. Pues claro, el Arpa de Fernández Latorre con su amplia terraza entre dos tandas de escaleras. Ahora que lo ubicastéis ¿cuantos de vosotros probasteis su tortilla?
Porque a nosotros algún jilguero nos cantó que no estaba mal y tuvimos que acabar por acercarnos. Y lo hicimos rápido, que la época de las terrazas ya está llegando a su fin. Es otoño, el cielo está constantemente nublado y las últimas sillas de metal se retiran lentamente hacia el almacén para hibernar hasta el año que viene. No las teníamos todas con nosotros de que este fuera un verano de terraza pero la verdad es que ha superado los pronósticos: lo difícil ha sido encontrar un sitio donde tortillear. Nos alegramos por los hosteleros que esperamos hayan podido recuperar al menos parte de las pérdidas de la primavera.
Nosotros el tiempo no lo hemos perdido y a pesar de que este año, por variados motivos, el ritmo tortillero ha sido menor, tenemos aún unas cuantas críticas en la recámara sobre las que os hablaremos de aquí a final de año y muchas ganas de seguir probando tapas nuevas. En la lista de vuestras recomendaciones hay bastantes sitios a los que todavía no hemos podido ir pero seguimos apuntando sugerencias así como aportaciones sobre bares que tenemos en la página y han cerrado o sitios que han cambiado de dueños.
Aspecto: Pues brutissimo mondongo de buen color que no se anda ni con una unidad de chiquitas. Un borboteo de huevo y patata que cae a fuego sobre la mesa y, esperamos, no tan a fuego sobre el estómago. ¿Guapo? No. ¿Atemorizante? Hell yes.
Jugosidad: Esta megaconstrucción no se puede mantener en pie si no va bien cuajadota. Consistencia algo pegajosita que va pasando mientras la riegue una bebida de acompañamiento. No va a dejar mojar el pan pero no os preocupéis que el mayor reto no va a ser que vaya pasando sino acabar el plato.
Sabor: La patata va apelotonada dentro de la sustancia huevil (suponemos huevina, aunque ya hemos hablado más veces que tiene una importancia muy relativa) completamente cuajada. El sabor, sin ser espectacular y con algún deje que no identificamos (¿queso?), no es malo. Es una típica tortilla cafetera, no muy salada, bastante normalita pero que alimenta y no tiene fallos gordos.
Tamaño: Gigantesco, el plato que va debajo sufre esta generosidad en la tapa y está a punto de quebrarse. Para famélicos.
Precio: No lo sabemos ¿alguien nos puede ayudar? Quedamos obnuvilados por la contundencia de la propuesta.
Otras observaciones: Ante tremendo taponcio cualquier pan se queda pequeño.
Y el veredicto es…
Nota final: Le falta magia a la tortilla del Arpa pero seguro que hay decenas de glotones que encuentran en esta tortilla su Santo Grial. Es la típica tortilla cafetera pero esta vez hipervitaminada y, desde nuestro punto de vista, defectos que pueden tener fácil corrección. Va mejorando a medida que se deglute y nosotros al final la disfrutamos (y no comimos en 3 días). La tortilla vigoréxica del Arpa se lleva un 6/10
Lo mejor: Caballo grande ande o no ande. Si tienes hambre, aquí hay fiambre.
Lo peor: Entendiendo que ofrecer un kilo dentro de una tapa tiene sus problemáticas, creemos que una mezcla más batida del huevo y la patata ya ayudaría a que la tapa fluyese mejor. Ahora es como si hubiera trozos de solo huevo y otros de solo patata.
Y tú… ¿has probado esta tortilla? ¿qué te ha parecido? ¡Vota aquí!
La Cafetería Arpa está la calle Santiago Rey Fernández Latorre en el número 25.