A Coruña se expande en todas las direcciones como un gas, a ser posible noble, que hay algún otro que tiene mala fama. Desde Adormideras al Portiño, desde el Orzán hasta el Castro de Elviña, Coruña es una y mil a la vez y en todos lados cuajan tortillas. Es por eso que nos gusta vivir donde vivimos y disfrutar de esta ciudad sin ponernos límites. Y una de las cosas que más nos gusta es ser metiches y estar en todos lados, que cada vez haya más sitios en la ciudad que no tengan puertas, por los que pasear, en los que sentarse a descansar, a los que sacar fotos o tirarse a leer un rato… ¿Por qué os contamos esto? Pues porque asistimos ultimamente con pena y rabia a los intentos de boicotear el intento de que la Solana pase a ser de todos los coruñeses y coruñesas. Sabemos que el dinero manda y que los intereses de algunos parece que hacen cola en la priority line pero creemos que es un derecho propio de todos estar por encima de las carteras de unos pocos.
¿Y no sería acaso maravilloso recuperar la Solana para la gente? Asomarse al jardín de San Carlos y no ver a unos pocos disfrutando de un territorio privilegiado frente al mar, si no a los coruñeses y coruñesas en su totalidad bañándose, jugando al tenis, corriendo o tomando el sol (aunque sean los 7 días de sol del año) como si de verdad les perteneciera el sitio. Y sin el como. La Solana tiene que ser nuestra porque que la hayan arrebatado solo puede ser un error a subsanar. Y seguro que cuando abran las puertas, alguna tortilla caerá por allí, aunque sea en forma de tupper y nosotros estaremos allí para catarla y contaroslo. Mientras tanto, y pese a esta arenga reivindicativa, seguiremos paseando por toda la parte de Coruña que nos dejan para, a base de tortilla, seguir disfrutando de algo que es nuestro. Hoy en la Cervecería Garnet en Los Rosales.
Aspecto: Como una pizza amarilla, fina y apuntada.
Jugosidad: Más bien densita. Le ayuda la altura, de más estatura igual costaba tragarla. Agradece la caña supletoria.
Sabor: Aguantona de varias horas, se mantiene viva pese al tiempo cocinada. El corte de la patata es fino y el sabor es sabroso. Muy decente, algo de cortecita asumible y con trazas caseras.
Tamaño: Breve y fina, algo insuficiente.
Precio: 1.60€ pesos.
Otras observaciones: Buen servicio. El pan fresquito y rico pero ultraharinoso. Huyan los celíacos.
Y el veredicto es…
Nota final: Batallar para recuperar la Solana da mucha hambre y por eso acabamos cayendo una y otra vez en la tortilla. Ésta en particular no nos llegó mucho: necesitamos algo más contundente. Con todo, se queda en una buena tapa para estómagos pequeños y recibe un 6,3/10.
Lo mejor: Rica de sabor, aguanta bien la tarde.
Lo peor: Demasiado pequeña.
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La Cervecería Garnet está en la calle Manuel Azaña en el número 11.
Actualización 11/05/23: Nos enteramos por Google que la Cervecería Garnet ha pasado a mejor vida. De su exigua tortilla aún nos queda hambre pero vaya, le deseamos a sus artífices que les vaya ido bien en sus actuales proyectos y sobre todo que sean más generosos con las partijas.
