Sigue el verano y sigue A Coruña peatonalizándose poco a poco. Y es que parece que nos dimos cuenta al final de que si salimos todas a la calle a la vez, queda poca calle para a xente y mucha para los coches. Esos carriles provisionales que montaron para pasear con cierta distancia social parece que tuvieron aceptación así que más de uno ya se quedará aquí para los restos. En Aún Pillas Tortillas apoyamos esta propuesta tan saludable y decimos SÍ a peatonalizar. ¿Y dónde va la gente de Os Mallos cuando les hablan de la calle peatonal? A Ángel Senra que, para más inri, tiene un bar llamado La Peatonal.
No tiene intríngulis alguno: Os Mallos está hecho para caminarlo. Y ahora que van a peatonalizar calles cercanas a la Plaza Monforte para crear esa suerte de ronda paralela que una la Gaiteira y la Calle Barcelona nosotros solo esperamos que pare un poco de llover para volver al pateo, al terraceo y, si no es mucho pedir, a poner la cara a algún rayito de sol que se cuele por la mascarilla y nos quite este color transparente que gastamos post-confinamiento.
Que las cosas están como están pero ¡queremos verano! Con todas las precauciones, usando mascarilla siempre, manteniendo la distancia (y mirando de manera furibunda a aquellos que no la mantienen) pero con un poco de buen tiempo que nos de pie a aprovechar la época estival igualmente. Que un chapuzón en la playa o una tapa en una terraza siempre va a haber forma de disfrutarlo aunque haya que hacerlo tomando precauciones.
Aspecto: Se viene un cachazo gigantesco, de tonalidades naranjas y con una curiosa hendidura en su superficie cuya razón desconocemos (pero nos dejó cavilando). Está para comérsela, aún huele a huevo, es un tortilloncito.
Jugosidad: Ya se veía jugosa en el plato y se confirma. Llora un poquito de huevo.
Sabor: De sangre caliente como los sudeuropeos aunque quizás recalentada como los castellanos. Está sabrosa, el huevo es rico, la patata menos presente tiene una textura agradable, una consistencia blanda y se destruye fácil. A trozos está salada y tiene una corteza potente, como si el interior lo envolviesen dos tortillas francesas.
Tamaño: Enorme, si te atizan con ella pierdes el sentido.
Precio: 2€ que tienen todo el sentido del mundo.
Otras observaciones: Tienen como tapas partes diversas del pollo fritas y rebozadas. El trozo de pan era casi tan grande como la tapa. El servicio es bueno.
Y el veredicto es…
Nota final: Un clásico: el tortillón que quita el hipo. No es quizás el más jugoso, no es quizás el más gourmet pero es sin duda el que más quita el hambre. La de La Peatonal es una tapa que estaba bien rica y tenía un precio ajustado al peso de la criatura. Nosotros le damos un 7,2/10 y os recomendamos un buen paseo para bajarla.
Lo mejor: Su colosal tamaño la hacía capaz de alimentar a una tribu
Lo peor: Pues como siempre cuanto más grande más dificil ponerle el mimo que necesita una jugosidad de 10. Quizás disguste a haters de la sal.
Y tú… ¿has probado esta tortilla? ¿qué te ha parecido? ¡Vota aquí!
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La Peatonal está en la calle Ángel Senra en el número 14
