Casa da Collona

Lo primero de todo buenas tardes. Sí, nosotros estamos igual de sorprendidos por la frenética actividad en el blog de las últimas semanas. No es que hayamos abandonado una holgazanería alrededor de la que hemos construido, ya no una seña de identidad, sino toda una forma de ver la vida. Es solo que igual que los que apuran los últimos ejercicios de abdominales en el gimnasio antes del verano, también nosotros hemos querido llegar a San Juan con los deberes hechos. Para que veáis que con fuerza de voluntad todo se consigue. Eso sí, es bastante probable que en cuanto limpiemos la lista volvamos a la caverna. Aún Pillas Tortillas, al igual que el nombre del local que hoy nos ocupa, a veces parece a Casa da Collona.

Es probable que los habitantes de más allá de Plaza Pontevedra se planteen si en las ramificaciones que surgen de la Ronda de Outeiro hay o no vida y sobre todo si es inteligente, pero más probable aún es que desconozcan por completo que hay troula y locales que soportan la noche de los habitantes de los barrios. En particular, un local llamado Chaflán que a veces parece funcionar como ayuntamiento en la periferia y que no tiene fans sino prácticamente sicarios. Tanto dentro del bar como en sus alrededores, en esa Plaza Monforte que se va peatonalizando poco a poco, se juntan también más gente de humanamente posible, tanto que parece que estos asentamientos de fin de semana acaban por hacer brotar más locales que dan servicio al sediento y hambriento chaflanero, que asume cariacontecido que en su local favorito el espacio, es finito.

A Casa da Collona es uno de ellos, un restaurante coqueto y no muy grande que está en la misma calle y que de seguro que a muchos ha servido como previa a ir al Chaflán directamente a disertar durante horas alrededor de un ballantines con naranja para no tener que reconocer a sus amistades y familia que sí, que este viernes hay el mismo plan que siempre. Cada uno se engaña como quiere y eso también hay que respetarlo. Nosotros, que por una vez vamos a ser honestos, visitamos a la collona no con el objetivo de pasar luego a refrescarnos la garganta por el contiguo local si no en plan comida familiar. Tampoco os negamos que cuando pasamos por delante del portal de este bar epicentro de la movida mallense no soltáramos un suspiro. Pero como profesionales que somos tiramos palante sin que nadie de la familia se diera cuenta de nuestra melancolía, probablemente porque también estaban suspirando y preguntándose cuando abriría el Chaflán.

Aspecto: En los más de diez años que llevamos de página hemos visto como A Coruña, sin desmerecer a Betanzos, ha acabado por construir una identidad tortillera propia. Esta tortilla es una foto perfecta de esa identidad. Solo se necesita un vistazo de reojo para reconocer los patrones más comunes: pinta casera, nada gruesa, ligeramente desparramada, color amarillo profundo y con el huevo escapándose por las rendijas. Es bonita, sí, sobre todo para los gustos autóctonos.
Jugosidad: La otra matraca que se ha impuesto en los últimos años en la ciudad es que toda tortilla servida en un bar coruñés es  «betanceira» y no es así. Dejando de lado que el gentilicio se lo han puesto a cualquier cosa que contuviera un huevo en cualquiera de los tres estados de la materia, la jugosidad de la variedad de la Ciudad de los Caballeros es más explosiva, con mínimo cuaje, también más  impracticable. La de este local se encuentra en un punto intermedio entre la variedad local y la de Betanzos. No se come con cuchara pero hace imprescindible hacerse con un buen pan.
Sabor: Tiene un toque curioso de sal, una corteza blanda como una tambien blandísima patata laminada que no se amilana en cuanto a sabor y un huevo cremoso  y palueguero que invita al paladeo. Qué más pedir.

Tamaño: Buen tamaño, no hay queja.
Precio: 14€, el estándar de estos días en los sitios de bien.
Otras observaciones: Probamos también unas zamburiñas fantásticas y una croca algo seca.

Y el veredicto es…

Nota final: Es difícil para A Casa da Collona imitar el éxito de los locales de alrededor pero por merecimiento no será. En este restaurante dan bien de comer a precios ajustados y con una tortilla de categoría que sabe sacar y lucir lo mejor de la variedad que se ha venido estableciendo en la ciudad en los últimos años. Con embajadores así, estamos tranquilos. Le damos un 8.8/10.
Lo mejor: No damos encontrado ningún defecto grave, nos ha encantado.
Lo peor: Si necesitas que el huevo vaya algo cuajado esta tortilla no es la tuya pero dudamos que no se lo puedas comentar a los encargados para que la dejen algo más en la sartén. Por lo demás no podemos dar ninguna razón objetiva para que no entre en el TOP 10 más allá de que la competencia en esta ciudad es feroz y ya hay que hilar a nivel de sensaciones.

A Casa da Collona está en la calle Antonio Viñes en el número 5.

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