Ou yeah baby! Será que el entroido ya va asomando las orejas (mmmm…) en la lontananza o que están en el solar de al lado excavando tres sótanos de garaje para construir un edificio de esos que van a abaratar los alquileres a pesar de que tendríamos que vender todos nuestros órganos y alguno prestado para comprar un piso en él pero tenemos el cuerpo moviéndose a ritmo de bachatita. O igual es que nos está apretando el hambre, que también pasa a menudo. Sea como sea, y antes de dar más pistas a la policía científica sobre el cadáver que van a encontrar próximamente cerca de la máquina perforadora os anunciamos que sí, que hemos perdido una vez más el norte y nos hemos lanzado a probar una nueva tortilla de supermercado, esta vez la de La tortillería a tu gusto de Gadis.
Alguno dirá, y no sin razón, «no tendréis bares que visitar por Coruña que le seguís dando publicidad al supermercado este que factura la galleguidad pero luego te la cobra con intereses». Pues sí, la verdad es que sí, pero si algo somos en este equipo es soñadoras y perezosas y de la misma forma que a veces no nos da la vida para movernos hasta esa taberna de la Galera que es la cuarta vez que abre con otro nombre en lo que va de mes, también mientras hacemos la compra miramos con ojos golosos a un producto refrigerado plastificado que nos parece que nos susurra «¿y si yo soy la buena?», «prometo no engañarte, de verdad» o «viernes noche, tú, yo y la enésima reposición del episodio de la boda en la nieve de Nacho y Alicia de Médico de Familia. Piénsalo». Y claro, caemos porque a románticas no nos gana nadie.
Así que hoy toca tapa de plástico, ya lo siento por vosotros. Decía el escritor Kurt Vonnegut que hay que empezar las historias por el final: los que estén preocupados pensando que le vamos a hacer propaganda a Gadis podéis estar muy tranquilos. Esta tortilla, como tantísimas otras historias de amor que han resultado ser un fraude, no nos va a hacer cortarnos la coleta como Pablo Martínez. Pero claro, para conocer la rajada, que sabemos que os gusta, vais a tener la crítica que sigue. De nuevo Aún Pillas Tortillas cumpliendo con un servicio social sin cobrar un duro. De nada.
Nota: Todas estas tortillas te permiten varios modos de calentarlas, una versatilidad que no augura un sabor distinto a un trapo. Nosotros, que somos el Ferran Adriá de los precocinados, nos lanzamos a la aventura y optamos por la sartén en vez de por el microondas, el método ARTESANO. Por si os sirve de referencia para valorar nuestra opinión le echamos un chorrito de aceite -que nos salió a cuatro euros- y le aplicamos tres minutos de calor de cada lado porque en las instrucciones dice que si te gusta jugosa lo dejes así. Tienes que reírte porque si no la vida te atropella. Igual si no te gusta jugosa y la dejas más minutos luego la puedes usar para poner el termo de café encima y que no te queme la mesa, que parece un uso más digno que para ser comida.
Aspecto: El lado de la tortilla que queda a la vista en el envase es medianamente vistoso, el otro es bastante jodido, la verdad, como escapado de una reacción nuclear. Viene impregnado además de algún tipo de líquido. Madre mía. Parece que tiene buen peso, para dos personas, si acaso os dais juntadas las dos personas que aún no han recuperado el gusto desde el COVID de 2020.
Jugosidad: Esperábamos una bomba de hormigón y ey, al corte ni tan mal, incluso hay algo que podría parecer huevo. Y ojo, es medianamente jugosa. Algo huele a chamusquina.
Sabor: De temperatura bien, nos ha jodido si la calenté yo. De ahí debe venir el título de «a tu gusto». Sabe mucho a cebolla, ahí está el truco de que mantenga cierta jugosidad. Como parte positiva no tiene esos matices de plástico que solemos disfrutar en este tipo de elaboraciones. Han sido completamente sustituidos por un regusto avinagrado que te acompaña en tus quehaceres durante al menos tres semanas. El resto absolutamente olvidable pero gracias a que no sabe mucho, tampoco la lía. Como no nos llegó con esto, decidimos darle una oportunidad recalentándola en microondas a ver si de esta manera nos librábamos de esos efluvios misteriosos. Salió del microondas full esponjosa y el deje disminuyó, no con esto consiguió ser un alimento para proporcionar a ningún ser querido, ser humano en general o animal de compañía o granja. Se aplaca el mal sabor porque se aplaca el sabor de la tortilla. Una nueva victoria de la ingeniera alimentaria.
Tamaño: Grande, 600 gramos que te pueden venir muy bien en escasísimas situaciones, como por ejemplo si tu avión se estrella en los Andes, te has terminado a tu compañero de equipo y crees que aún te queda un huequito para el postre.
Precio: 3.70€. Barato si necesitas algo que comer, caro si es para verterla de la sartén directamente al contenedor orgánico.
Otras observaciones: Ya hemos contado todo, qué más queréis.
Y el veredicto es…
Nota final: «Ven a Gadis, el precio no es un problema» Ni el precio ni hacer productos digeribles sin generar un trauma. Ya hay que ser cruel para hacer una tortilla de estas y decidir potenciar que el regusto te acompañe. Si la haces al microondas ya solo se convertirá en un producto insípido que imaginamos tendrá alguna propiedad alimenticia y que puede pasar por comestible con gente que jamás haya catado una tortilla normal y crea que es una tradición excéntrica. Seguimos recomendando más la de Senén pero puede que esta sea algo mejor que otras de supermercado. Si la tenéis que comer os damos un consejo: comedla ardiente para no poder paladearla. Nosotros lo que hemos dejado enfriar es un 3.2/10 para colocárselo encima, generosamente.
Lo mejor: Si eres de los que considera que la cebolla es lo que tiene que dar jugosidad a una tortilla y no una visita más breve a los fogones, esto te puede servir en caso de extrema necesidad.
Lo peor: Que hay inteligencias artificiales haciendo hablar en inglés a Arsenio pero el futuro no es capaz de traernos una tortilla precocinada a precio económico que no sepa a puta mierda.
La Tortillería A Tu Gusto se puede comprar en cualquier supermercado Gadis (esta es de Monelos)
Tortilla de Ólvega, Soria.