Mesón do Chicote

La siguiente entrada fue escrita hace más de cinco años así que es probable que esté desactualizada.

En el Ramón y Cajal más profundo, con los sonidos y olores del puerto arreciando entre las puertas, ya lejos de las lucecitas de navidad de los centros comerciales, también hay paisaje y paisanaje. Parte de este último se viene a juntar al Mesón do Chicote, una de esas tascas que por tozudez consigue no sufrir el paso del tiempo. Extraño mundo para los urbanícolas de los ochenta y noventa, más acostumbrados a tapear por la Barrera o a los pinchos de diseño del barrio de Pescadería.

A muchos se les caería la mandíbula al ver esos suelos de serrín, jarra blanca y cuartos de servicio minimalistas (del retrete solo hay el agujero). En este tipo de sitios el concepto de tapa lo establece el intendente de a bordo. Puede darse el caso de que la dinámica de pedir un plato específico se diluya hasta convertirse en «ponnos algo para comer» y ahí ya cada patrón que saque su magia. Con mucho tino tuvimos que solicitar unas tapas de tortilla mientras aguerridos tasqueros, perros viejos del cunqueo nos vigilaban desconfiados desde sus mesas. Pero comimos y lo celebramos y de esta forma también logramos llevar el mundo internetero-tortillero, como un rayo innecesario de luz, a este Mesón do Chicote.

Aspecto: Nos dicen que no sabrán si habrá para dos. Luego que sí. Luego que a ver. Luego que nos traen lo que puedan. No esperabamos menos galeguidade. Esas dos mitades escasas conforman una tapa entera pero han tenido a bien dividirnosla para que nos peleemos. La mente loca nos dejan. Digamos que el aspecto es normal. Ahora mismo no alcanzamos a más.
Jugosidad: Esponjosa, de jugosidad escasa y efímera.
Sabor: Mágico caldito, buena sal y no mal sabor.
Tamaño: Escaso hasta para ser dos mitades. Escatiman. Cómo valorar entonces.
Precio: 1.50€ apuntados en un papel de estraza como podrían haber cobrado cualquier otra cosa.
Otras observaciones: Había más tapas pero no las llegamos a catar. Servicio tosco y sereno, para mantener a raya al que se pase.

Y el veredicto es…

Nota final: No es lugar para tortillear, es una tasca y suficiente con eso. Como avisábamos antes aquí se viene a picar lo que sea y sin remilgos. Para los amantes tortilleros que necesitan la excelencia en el plato, que no pueden vivir sin él, quizás este bar con su 5.3/10, no sea la mejor opción. Gracias por venir.
Lo mejor: Buen sabor pese a todo.
Lo peor: Pequeña y seca.

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O Mesón do Chicote está en la calle Ramón y Cajal en el número 13.

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