No fuisteis pocos los que nos recomendasteis, comentasteis, ¡implorasteis! que nos acerásemos por esta esquina de la plaza Santo Domingo llamada Momos, en una de esas zonas preciosérrimas que tiene la Ciudad Vieja de esta magna ciudad. La calle no no es desconocida, tiempo atrás tenía dos buenas teterías donde embriagarse con –y no penséis mal– las mejores infusiones venidas del norte de África y los ritmos caribeños con los que los dueños nos obsequiaban, alguno hasta en directo.
Cerca también queda la antigua localización de la mítica sala Garufa, una de las pocas salas de conciertos que conozco que tienen una escalera en la mitad e incluso la Madame, buen sitio para tomar unos guarinais a horas intempestivas. Pero nunca nos habíamos acercado por este bar que tanto os gusta. Como somos firmes defensores de la democracia y recogemos vuestros consejos, allá nos fuimos con el objetivo de catar la tortilla acongojados por la idea de estar firmemente en desacuerdo con vuestro criterio tortillil y por tanto perder la fe en vuestros paladares. ¿El pueblo se equivoca? Pronto lo sabremos.
Aspecto: Nos ha maravillado la presentación rústica, en un plato casero, una tortilla rotunda y bien plantada como si una madre se la hubiera regalado a nuestro apetito. Acostumbrados al patrón de las tortillas idénticas sobre blancos platos, algo de «caserío» siempre se agradece y si esto adorna a una tortilla amarilla, potente y que apetece probar con tan solo mirar, pues mejor.
Jugosidad: Más que jugosa esta tortilla es sumamente suave, con una chocolatina que se deshace en la boca. A veces huimos de las crujicortezas duras y gruesas pero esta además de no tener corteza es que no hace falta ¡ni morderla! Es una tortilla tan delicada que una vez entra en la boca comienza su descenso celestial. Eso sí, huyan amantes del mordisco y el desgarre: esto no es una costillita.
Sabor: Sabor pleno, al buen punto de sal, rico y de buena temperatura. Un sabor de esos que ocupan todos los rincones.
Tamaño: Más que decente, un tamaño grande que quita el hambre con creces.
Precio: Por una cocacola, un colacao (¡qué frío hacía!) y este tapón: 3.95€. ¿Es posible que esta tortilla cueste entre 1€ y 1.30€? Es increiblemente barata. Nos pareció tan barato que volvimos a preguntarle a la camarera si se había equivocado.
Otras observaciones: Pan denso y breve pero del día y un servicio estupendo. Buena localización además.
Y el veredicto es…
Nota final: El pueblo soberano y el equipo de sabios de Aun Pillas Tortillas caminan en la misma dirección. Esta delicada tortilla se lleva un 8.3/10, ahí es nada. De nuevo la democracia ha triunfado.
Lo mejor: Una tortilla que cumple con creces en todos los aspectos. Y sin tener que poner precios altos ni tamaños renqueantes.
Lo peor: Al que le gusten las tortillas que ofrezcan resistencia quizás no le guste tanto. Esta se podría comer hasta con una cucharilla de café.
Y tú… ¿has probado esta tortilla? ¿qué te ha parecido? ¡Vota aquí!
Bar Restaurante Momos está en la calle Praza Santo Domingo número 16.
Que horario de apertura tiene este local? Hemos pasado por alli el sabado tarde-noche y el domingo al mediodia y estaba cerrado a cal y canto
solo abre de lunes a Viernes