Por mucho que algunos valientes se hayan animado a sumergirse en las gélidas aguas del Atlántico os confirmamos desde los headquarters de Aún Pillas Tortillas que aún no es temporada estival. Sí, ya sé que todxs tenemos ganas pero es que aún estamos en abril, tengamos paciencia e id buscando regalo para el día de la Madre que luego os pilla el toro. Mientras hacemos tiempo para torrarnos en los arenales coruñeses o aprovechar la sabrosísima jornada veraniega quien la tenga nosotros os proponemos un plan, que es un poco el de siempre: terracear y tortillear a diestro y siniestro. ¿Y si el día esta nublado? No pasa nada, que por el momento tambien se pueden tomar tortillas indoor como esta que papamos en el Puertomar.
Este local de la Palloza que nos habéis recomendado no tiene como vecinos a los más animados del barrio: Pompas Fúnebres. Pero oye, que uno tenga que pasar por el duro trance no significa que haya que sufrir de más. Las penas con jamón son menos penas, ¿verdad? Pues con tortilla ya ni os lo contamos. Como en su día ya probamos la tortilla del Tanatorio Servisa, ya hemos hecho todos los chistes de humor negro habidos y por haber que relacionasen tortilleo y luto así que si venís buscando guerra en ese aspecto os redirigimos a que leais aquella crítica tortillera, que está de muerte (perdón).
Por lo demás y antes de pasar a desgranar las cualidades y defectos del plato que nos sirvieron, decir que el Puertomar, al menos en horario de mañana, tiene un bullicio que hacía tiempo que no veíamos. Resperando las restricciones sanitarias, eso sí, el continuo trajín de gente que entra para repostar fuerzas o alegrar una dura mañana de trabajo y pide tortilla parecía indicar que en esos platos lo que había era bocata di cardinale. Pero una cosa son las apariencias y otra la pura verdad. Así que nada, manos a la obra, ¿es capaz la tortilla del Puertomar de levantar a un muerto? (perdón x 2)
Aspecto: Como canta Rosalía: con altura. Una tortilla baloncestista, que se abre y que compensa una extensión más pequeña. Color rabioso, patata a trozos y una pinta criminal. Lo que véis es lo que hay.
Jugosidad: Se desmorona y deja el plato completamente amarillo. Pasa fácil, pero tiene algo de quedosa así que os tocará hacer algún repaso bucal para salvar a los últimos soldados pegajosos.
Sabor: Temperatura fresquita, como una primavera incipiente. Esto hace que desmerezca la que por otro lado es una tortilla aceptable, con cierto cuerpo, un huevo que algo destaca pero una patata algo desaparecida. No nos ha parecido nada del otro mundo, sin estar mal. ¿Puede que sea mejorable la materia prima? No nos atrevemos a decirlo.
Tamaño: Buen trozo.
Precio: Al menos 2€.
Otras observaciones: La hay también con cebolla. La ponen como pincho.
Y el veredicto es…
Nota final: No os mentimos. Quizás íbamos hypeados pero la tortilla del Puertomar nos ha dejado algo fríos. Esperábamos algo sobrenatural y la verdad es que encontramos algo que, sin fallos evidentes, tampoco nos ha hecho llorar de la emoción. Es posible que con un poco más de calor nos hubiera cambiado la cara pero de momento solo encontramos una tortilla con un precio algo abultado, bien cocinada, pero en la que el sabor y la temperatura no llegaban a nuestras expectativas. Aún así, tiene un 6.3/10.
Lo mejor: Creemos que las artes de la cocina son las correctas.
Lo peor: Quizás lo que menos hemos entendido es el precio de 2€.
Y tú… ¿has probado esta tortilla? ¿qué te ha parecido? ¡Vota aquí!
El Café Bar Puerto Mar está en la Plaza de la Palloza en el número 2