Hoy no traemos crítica ni hemos probado ninguna sabrosa tortilla de la ciudad. Ni tarugos, ni mojar pan, ni siquiera hemos hecho algún experimento que acabase con nuestra ya escasa reputación como cocineros. No, hoy queremos hablaros un poco de algunos cambios que habréis notado en la página y un proyecto que nos ha llamado la atención.
Desde que empezamos con la página hace ya más de siete años siempre tuvimos claro que no íbamos a hacernos ricos con ella. Nuestro objetivo era entretenernos, entreteneros y, si había suerte, intentar por el camino sufragar los gastos que cuesta mantenerla. Estos gastos son aproximadamente de unos 50€ al año, además de lo que cuestan todas las tapas (que desafortunadamente seguimos pagando religiosamente) y la consecuente bebida que las acompaña, ¡con algo hay que regar esos tarugos!
«Venga, pa vuestro body moreno que esta baja sola»
Tenemos dos fuentes de financiamiento: vuestras donaciones vía PayPal (que un año consiguieron que sufragásemos los gastos de mantenimiento, ¡gracias!) y los anuncios de la página, que como veréis más adelante dan muy poco dinero. Hace poco cedimos el control de estos a Google para intentar sacar algo más de rentabilidad y esa es la razón de que si nos seguís desde hace tiempo hayáis visto que la cantidad de banners ha crecido en la página.
Las donaciones vía PayPal siempre son bienvenidas y prometemos emplearlas para seguir manteniendo el proyecto a flote pero, sinceramente, lo que nos da vida para seguir con él es que nos leáis, compartáis y disfrutéis de las críticas que vamos dejando, aunque no colaboréis económicamente. Afortunadamente de momento podemos permitirnos sufragarlo de nuestro bolsillo.
Sobre los anuncios… pues paren las rotativas porque este mes, tras 7 años y más de 350 tortillas... hemos reunido por primera vez la cantidad mínima para que Google nos mande un cheque. Yuhuuu!
Sí, como lo oís. Google no paga hasta que no se llega a un mínimo de 70€ generados por anuncios y a nosotros nos ha llevado 7 años, gotita a gotita, céntimo a céntimo, llenar la hucha hasta llegar a esa cantidad, lo cual es motivo de celebración. Pensaréis que en cuanto los cobremos iremos a O Remo a que nos pongan una tortilla por cabeza y comer hasta hartarnos ¿no? Pues nosotros también lo pensábamos hacer, para qué engañaros, pero hemos descubierto una idea que nos parece mucho mejor.
Entrelampo es una asociación sin ánimo de lucro cuyo objetivo principal es crear empleo a través de iniciativas de economía social para personas con problemas de salud mental graves. Una de esas iniciativas, la que nos ha llamado la atención, es la de reformar y rehabilitar una vieja nave y su finca en Chantada (Lugo) para dar vida a una granja de gallinas camperas y poder comercializar sus huevos. El fin de todo esto es poder emplear en ella a personas con los problemas que os comentábamos. Porque ya suficientemente duras están las cosas como para tener que partir con desventaja a la hora de buscar trabajo.
El dinero de los anuncios de la página que hemos cobrado ni nos va a hacer ricos ni va a poder sufragar los gastos que tenemos (hasta el contable más optimista nos diría que con 10€ al año no salen las cuentas) y sin embargo si que puede contribuir a crear una diferencia para otras personas que lo necesitan. Así es que, gracias a vosotros que habéis tenido que soportar algunos banners de más (no os lo contaremos aquí pero hay formas de librarse de ellos) y a un poco de dinero más que pondremos, vamos a amadrinar una gallina de esa futura granja. Porque una cosa tenemos clara: sea jugosa o cuajada la tortilla, los huevos de este curruncho del planeta son imbatibles. Y hace falta invertir y colaborar en nuestra tierra para que todos podamos tener un trabajo, una comida, una vivienda y, en definitiva, una vida digna.Os invitamos a que echéis un ojo al proyecto (podéis hacer click aquí para verlo) y, si os apetece y os lo podéis permitir, colaboréis (¡mucho antes de colaborar con nosotros!) con esta iniciativa tan bonita y tan necesaria. Nosotros prometemos contaros a qué saben las tortillas de los huevos de nuestra (y vuestra) gallina.
Un abrazo y cuidaos mucho,
El equipo de Aún Pillas Tortillas
Un comentario en «Una historia de huevos mientras no reabren los bares»