Acrunia

En un futuro no muy lejano, al que esperamos no tener que volver… lo de sentarse en un bar a degustar una tapa de tortilla simplemente no podía ser. Sí, hablamos del último otoño, cuando tuvo que cerrar la hostelería y nos quedamos sin disfrutar de las papanzas habituales en la hostelería local. La necesidad agudizó el ingenio y muchos de ellos empezaron a ofrecerlas con reparto a domicilio y para llevar, tanto tapas como tortillas enteras. Nosotros, que no podemos sobrevivir mucho tiempo sin degustarlas, adaptamos nuestras catas habituales a estos nuevos formatos y nos pusimos manos a la obra para poder seguir catando tortillas que nos faltaban de la ciudad. Esta del Acrunia fue una de las que nos trajimos a casa.

Es una experiencia distinta. No era la primera vez que renunciábamos al encanto de un bar y pedíamos que nos trajesen una tortilla a casa (como aquella del Zalozaín) o íbamos a buscarla aunque fuese a Nuevo Mesoiro (como esa que nos tiene enamorados de O Roncudo, de lo mejor que hay en la ciudad para llevar) pero la verdad es que estas modalidades tienen sus pros y sus contras. Pros: la puedes tomar en tu sofá favorito, puedes pedir de más y dejar para el desayuno, puedes innovar y meterla entre pan y pan. Contras: hay que fregar los platos, el ambiente de un bar a veces le da un plus a la tapa, no tenemos un grifo de cerveza (ni la pericia para tirar cañas). ¿Con cual os quedáis?

Los tortillers, aunque agradecemos que en los locales nos dejen encargarla y llevarnosla a un picnic para demostrarles a nuestros allegados que sabemos donde hay buena tortilla (y si somos algo caraduras hacerla pasar por nuestra) somos criaturas de bar y disfrutamos y degustamos la tapa en vivo y en directo. Así que, aunque sigamos cogiendo tortillas para llevar, esperamos que en un futuro remitan las restricciones y podamos encontrar mesa sin problema para poder degustar las tapas recien salidas de la sartén.

Aspecto: Bonita y bronceada, con su corteza fritita.
Jugosidad: Deja algo de babita pero, a pesar de estar bien trabada baja fácil y deja algún mojeteo posible.
Sabor: Llama la atención un toque alto de sal. La temperatura es buena. El tono general es casero, alguna patata algo crudita de más pero en conjunto sabrosa, con un huevo generoso y sin nada que resalte especialmente ni para bien ni para mal. Una tortilla normal, rica.

Tamaño: Muy aceptable.
Precio: 12€ la tortilla completa, precio estándar.
Otras observaciones: No podemos opinar del pan pues tuvimos que ponerlo nosotros.

Y el veredicto es…

Nota final: La del Acrunia es una tortilla estándar, de buen precio y buen tamaño que, a pesar de lo que diga la carta, no es de estilo Betanzos. Tampoco le hace falta, es suficientemente jugosa como para convencer a cualquiera que huya de mazacotes. A nosotros la experiencia nos ha gustado y os la recomendamos si vais a comer al sitio, aunque bien es cierto que no tiene nada que resalte especialmente. Le damos un 6.7/10
Lo mejor: Una jugosidad bastante conseguida
Lo peor: Quizás algo salada de más

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Acrunia está en la calle Enciclopedia Francesa en el número 4

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