La cafetería Bob Dylan en el 55 de Federico Tapia no es una casa museo homenaje al de Duluth ni un lugar de culto para folkies modernos aspirantes a emular sus pasos. Es más, el sitio podría llamarse Lina Morgan y que su decoración y música no variase ni un ápice y seguir manteniendo la coherencia. Cafetería de siempre, no era la primera vez que nos acercábamos influidos por el embrujo que sin duda tiene el compositor de Blowin’ in the wind. Nosotros somos mucho más de “Que la tortilla se vuelva” de Quilapayún, pero no descuidamos otras inquietudes artísticas. ¿Y si estuviese Robert Zimmerman sirviéndonos con amor las tapazas detrás de la barra? No podíamos arriesgarnos a pasarlo por alto.
Aspecto: Bonita, graciosa, sorprendentemente casera para ser de una cafetería. Chata de tamaño pero con un interior trabajado.
Jugosidad: Jugosa no, ¡jugosísima! una tortilla fina que se devora rápido ayudada por un riquísimo huevo.
Sabor: Muy sabrosa, afrancesada quizás pero rica. Merece un tiento.
Precio: Un bote de cocacola y una tapa de tortilla 2.90€. Le calculamos un precio inferior al 1.30€
Tamaño: El peligro de las afrancesadas es que parece que comes la mitad de una tortilla. No era su fuerte este, era fina y no demasiado amplia.
Otras observaciones: Servicio excelente, pan fresco y un gran criterio al escoger el nombre del bar
Y el veredicto es…
Nota final: Tortillas de cafetería, ninguna tontería. Poco a poco vamos encontrando excepciones al mazacote duro mañanero. Aquí otra. Esta se lleva un 7/10, qué diablos. Por sabrosa sube puntos y por ponerle todo el amor del norte de Minnesota también.
Lo mejor: Jugosísima sorpresa de cafetería, sabroso huevo y patata.
Lo peor: Quizás algo escasa para estómagos furibundos. Aún así, económica. Será que somos unos comechones.
Cafetería Bob Dylan está en la calle Federico Tapia número 55.
Actualización 06/08/15: The times are a changin’ y también para la Cafetería Bob Dylan, que llevaba en nuestra página más de 3 años. Ayer pasamos por delante y comprobamos que el establecimiento es completamente distinto. Pues una lástima pero también una oportunidad para probar una nueva tortilla. Queda esta crítica como homenaje a una tortilla dignísima de este barrio. ¡Larga vida!