Entre el frío gélido que está haciendo estos días y que la tradición obliga por estas fechas seguro que en el Bonilla de Juan Flórez están haciendo caja a todas horas. Pues bien, si a alguno no le atrae la chocolatada idea de mojar churro (con perdón), siempre puede acercarse al Galia, que está bien cerca.
¿Alguien tiene algún apelativo para referirse a esta placita? Los más juerguistas la reconocerán como aquella donde estaba el mítico after La Terraza años ha. A otros les llamará la atención el edificio que tiene salida también por Donantes de Sangre, y que sin llegar a su estatus no tiene demasiado que envidiar en altura a la Torre de los Maestros o al edificio Costa Rica. Y nosotros, que lo tenemos es un olfato de sabueso para rastrear toda tapa de tortilla, nos acercamos a esta cafetería clásica donde poder menear un poco el bigote.
Aspecto: Finita, amarilla y dulce. Similar a la de Casa Juana, por ejemplo.
Jugosidad: En su poco trozo mantiene mucha jugosidad.
Sabor: Hechura afracesada, huele muy sabrosa y desde luego es casera. A pesar de un toque saladito, no deja de ser una tortilla suave con una patata fina que pasa más desapercibida ante un huevo más sabroso.
Tamaño: Escaso, insuficiente.
Precio: Entre 1.5 y 1.7€
Otras observaciones: El servicio es bueno pero el pan acompaña a la tortilla y es también muy escaso.
Y el veredicto es…
Nota final: Una lástima que una buena tortilla vaya a perder bastantes puntos por quedarse corta. Nos gustan las tortillas con un poco más de presencia pero sobre todo con un poco más de cantidad. La del Galia no pasa prácticamente de un pincho y por eso se lleva un 6/10 muy pelao.
Lo mejor: Se nota maestría en la cocina y ganas de hacer un plato mimado. Difícil que no encandile su sabor.
Lo peor: Si a una tortilla ligera y afrancesada además le racionas el tamaño al final acabamos teniendo que ir a por los churros.
Y tú… ¿has probado esta tortilla? ¿qué te ha parecido? ¡Vota aquí!
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Galia está en la calle Juan Flórez en el número 34
