O Raxo

O Raxo. Así, a secas. Un clásico de la Ronda de Outeiro cuando casi llega al antiguo concesionario de Citroen. Ya hace tiempo que fuimos a catar nuestro plato favorito aquí, sin parar en el bar, solamente asomándonos por la ventanilla y pidiendo una dulce tapa de tortilla que llevarnos a nuestra madriguera. Y aquí la tenéis.

Parece que se va desperezando la ciudad. Ha sido un verano no tan bueno como otros pero ha dado tiempo a echar unos bailes y darse unos baños. Estamos contentxs. Pero claro, ahora llega septiembre (con su «oh dios mío») y toca chollar un poco que no todo el monte es orégano. Y para que no echemos de menos todo ese terraceo y el dolce far niente la meteorología también ha dicho basta y nos ha regado de chubascos. No pasa nada, así se hace menos dura la vuelta al trabajo y a los estudios.

¿Y queda alguna vuelta más por comentar? Claro, la de dejar los excesos y empezar a mirar un poquito la báscula y las analíticas. Septiembre nos regala dos iniciativas deportivas en la ciudad para que podamos ir poniendo remedio a tanta caña veraniega. Para los que no se andan con chiquitas tenemos ahí la Coruña 10 que vuelve tras dos años y no sabemos aún si va a coger fuera de forma al personal o por el contrario se ha estado entrenando todo este tiempo. Como sea la segunda igual acabamos con un oro en Paris. Otra opción deportiva más asequible pero que tambien hace sufrir y si no perder alguna caloría seguro que años de vida es el principio de la competición regular para nuestro Depor. De momento parece que la cosa va bien pero no os preocupéis que seguro que esta temporada acabaremos con las uñas más cortas y algún que otro pelo menos. Al menos que lo hagamos bañándonos en Cuatro Caminos.

Lo que también vuelve, aunque a ritmo lento, son las críticas tortilleras, que esperamos ir recuperando en los próximos meses pues estamos no muy lejos de llegar a las 400 y para que engañarnos, nos hace bastante ilusión. Hale, a papar.

Aspecto: No fue sorpresa porque nos habían informado en el local pero el formato tapa que nos proporcionó O Raxo era cortado en cubos, reminiscentes de aquel Mesón del Hockey del que hablar ahora ya te cataloga directamente como boomer. Por lo demás, ya lo véis, pinta casera y patatera.
Jugosidad: No demasiado jugosa. No es que el huevo esté hipercuajado pero la patata ocupa mucho espacio y se hace de notar. Aún así hay esperanza: el huevo que se desliza por las grietas será suficiente como para ayudar a que baje por vuestra garganta.
Sabor: Sabrosa. De sal generosa, de patata buena, de huevo escaso pero muy rico tambien y una mezcla conseguida que engancha. Puede que tenga un levísimo deje a cebolla. Te soluciona si de mañana quieres matar el gusanillo.
Tamaño: Pese al corte, que a veces engaña, buen tamaño.
Precio: 1.50€. ¿Pero aún quedan tortillas a este precio? ¡Maravilla!
Otras observaciones: Incluye tenedor y un muy buen servicio.

Y el veredicto es…

Nota final: A veces hay que ir a las claras. La tortilla de O Raxo (que no es el del Burgo) es una tortilla que nos gusta y que no nos importaría que nos pusieran siempre con el vermú o el café. Para amantes del toque salado, demuestra que las cosas hechas en casa y sin racanería tienen muchos puntos para salir bien. A nosotros esta forma de vivir nos convence y por eso le damos a esta tortilla, que no es un producto gourmet ni lo necesita, un 7,2/10.
Lo mejor: Lo mejor es que os la pongan solo a vosotros y así no tendréis que compartirla. Barata, buen tamaño y sabrosa.
Lo peor: Aquellos a los que os guste esa tortilla delicada casi dulcita que tomar con cuchara puede que esta no sea vuestro tipo.

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O Raxo está en la Ronda de Outeiro en el número 24.

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