A ver cómo planteamos esto. A lo tonto, poquito a poco, en estos 5 años que llevamos de trayectoria pateando calles y buscando sitio en la barra, nos hemos metido entre pecho y espalda nada más y nada menos que 250 tortillas distintas hasta ésta de la Vinoteca O Cabo. Ahí es nada.
Y eso como mínimo, porque hablamos de tortillas distintas, que habría que sumarle todas las que hemos repetido o comido en casa o en otras ciudades, o en bocadillo o los pinchos gratuitos… Total, unas cuantas que nos han servido para afinar nuestro paladar y para que algún familiar de manera desdeñosa nos indique que conocemos más bares que iglesias. Será que a lo que le tenemos verdadera devoción es a la tortilla de patatas.
Para nosotros ha sido (y está siendo) un periplo muy divertido. La vida sputnik que decía el padre de Julio Iglesias apenas te deja tiempo a conocer y moverte por la ciudad en que vives mucho más allá de la casa, el trabajo, tiendas en superficies masificadas, el estadio y la playa. A todos los que nos pirra Coruña nos sorprende que a veces vayamos por primera vez a un barrio y nos parezca que estamos en otro sitio.
Las tortillas han hecho que hayamos tenido que mover el culo y pisar multitud de rincones de Coruña para poder traeros una guía pormenorizada de como se come este plato por barrios: sea entrando en restaurantes de postín con camiseta, en nuestro bar de siempre escondiendo que le estamos sacando foto a la tortilla, en tascas con solera perdidas en las callejuelas de la Coruña barrial, donde los nativos te miran con cierta desconfianza al ver llegar a un forastero pero luego te sacan el jamón, el queso, la empanada, las aceitunas y casi los chupitos antes de que puedas pedir y por supuesto todas las veces que hemos compartido con la televisión, el periódico o seguidores de este movimiento una tapita y un vino y comentado en comunidad a qué nos sabe cada uno. Estamos muy contentos.
Nada tiene que ver con la crítica que traemos hoy pero aprovechamos estos cinco años de aventura, 250 tortillas después, para agradeceros el apoyo fiel y que cada semana os paseis por aquí para ver qué nueva tortilla os hemos traido. Para nosotros veros disfrutar de 5 minutos de lectura o entreteneros una espera nos sabe mejor que degustar la tortilla más sabrosa de la ciudad. Y hablando de tortillas sabrosas, la de hoy no podía ser una cualquiera: en la Vinoteca O Cabo saben como se hace este plato. Os lo contamos.
Aspecto: Inmejorable, de excepción. Una tortilla que ya al caer al plato deja buena muestra de como es en su interior. Nada de robustez impenetrable: la tortilla de O Cabo baila y demuestra que por dentro está jugosa, nada cuajada de más, hecha hasta su punto exacto. Bien sellada por todos sus bordes de color llamativo, una top-model que podéis ver en el siguiente corte:
Jugosidad: Para nosotros el punto perfecto. A los que las tortillas betanceiras se le hagan demasiado líquidas, las que suban un punto más de cuaje como esta harán que se relaman. Tortilla jugosísima, con huevo meloso que resbala sola garganta abajo. Imprescindible y abundante mojeteo.
Sabor: El huevo casero parece seda envolviendo cada patata, blanda pero con un leve toque crujiente por partes. Bien mezclado y adictivo. La consistencia endeble que tanto agradecemos. Como ya dijimos melosísima. Por poner una pega le hubiésemos puesto un puntito más de sal pero casi ni se nota de todo el sabor que tiene el plato.
Tamaño: Buen tamaño. Muy saciante.
Precio: Para nosotros el precio óptimo de una tortilla debería estar entre 10 y 12€. En este caso se supera ampliamente porque llega a los 18€ pero no se hace caro porque estamos hablando de una tortilla grande y de muy alta calidad.
Otras observaciones: El servicio es bueno, el pan está riquísimo (prueba de ello son las varias cestas que nos cascamos). El resto de platos que pedimos de diez también y los postres son algo de otro mundo. Los precios no son los más económicos de la ciudad pero valen cada euro que cuestan. Además nos invitaron al café ¡y a los chupitos! Encantados salimos.
Actualización 09/01/23: Cinco años más tarde hemos vuelto a O Cabo y la tortilla sigue estando muy sabrosa. Es una lástima que todo lo que la rodea haya perdido tanto. Muchos de vosotros nos habiais advertido sobre las malas formas de las personas a cargo del servicio y con ir una vez hemos comprobado que estabais en lo cierto. El local admite a mucha más gente de la que puede asumir (y la que no la recoloca en la calle ocupando espacio público de todos) tanto por espacio como por la capacidad del personal (propietarios incluidos), que acaba pagando la frustración con sus propios clientes. Como para nosotros es indispensable sentirnos cómodos a la hora de poder tomar algo y ahora mismo parece que en O Cabo esto es imposible, reevaluamos su nota.
Y el veredicto es…
Nota final: Nos olíamos la tostada. Tanta recomendación que nos llegaba de la Vinoteca O Cabo tenía que ser por algo. Y por algo era. Una de las mejores tortillas que se pueden probar en la ciudad, por no hablar de sus otros platos, los cuales quedan fuera de este análisis. En la primera cata de esta tortilla alcanzó el sobresaliente pero cuando volvimos tras unos años vimos que del servicio anterior no quedaba nada y ahora era fácil tener que aguantar desplantes y borderías como muchos de vosotros nos habiais avisado. Es una tortilla muy recomendable pero la experiencia no lo es tanto y por ello tiene un 8/10.
Lo mejor: Una tortilla jugosa, grande y muy rica.
Lo peor: Todo lo que no está encima del plato arruina bastante la experiencia.
Y tú… ¿has probado esta tortilla? ¿qué te ha parecido? ¡Vota aquí!
La Vinoteca O Cabo está en la calle Picavia en el número 2
Hoy la he probado, muy curiosa, su forma de mantenerla caliente, en la salamandra.
Aun así , he de decir , que con mucha diferencia es la mejor tordilla, (sin cebolla) que he probado.
Lo siento por Casa Miranda , y por O Pote, pero a partir de ahora, en vez de ir a Betanzos, me voy al parking de La Plaza de Lugo, y directo a O Cabo.
Eso si, cierrra los domingos