Me sitúo. A mi nuca el Atlántico me empuja en la única dirección posible, a mi derecha la Jamonería Cervecería Sieiro anda repleta de chavales y a la izquierda un teatro de sueños calienta sus motores. Setenta años de veladas inolvidables, Riazor ya ronronea ¡hoy juega el primer equipo de Galicia! ¡Hoy juega el Real Club Deportivo! ¡Qué bonito es el camino al estadio un día de partido! Todo el paseo plagado de bufandas como si por una vez nos pusiéramos de acuerdo en ir combinados en la ropa, como hijos de una madre hortera.
Sin duda ser coruñés y del Depor es algo difícilmente explicable con palabras (aunque algunos como nuestros amigos de Matadero Bonnissel lo logran a menudo) ¡Y aunque bonito es también exigente! ¡Tenemos la obligación natural de dejarnos la vida en la grada! Y eso cuesta energía, claro. Antes de entrar, entre cañas, risas y predicciones nostradámicas, con miedo o ilusión muchas veces nos juntamos en el Sieiro para coger fuerzas con una buena tortilla. Allí hay otros como nosotros, tortilleros y blanquiazules. Pero… ¿nos meten gol en el último minuto?
Aspecto: Esperábamos algo de contingencia para alimentar a las numerosas tropas pero nos sorprendieron por la banda con una tortilla derrapadita, joven promesa a la que se le veía el huevo sin problema.
Jugosidad: Jugosa, jugosa como un gol de Borja. Deja huevo en el plato que barrer con el pan y en todo momento baja como ángeles alpinistas por nuestra garganta.
Sabor: Gran baza, tortilla blanquiazul y sabrosa. Sabe a caldo, toques saladitos y algo afrancesada de más. Huyan amantes del tortillo grueso, esta tortilla es delicada como canterano mágico.
Tamaño: Pues como canterano mágico, el tamaño es sub18. La verdad le falta altura o tamaño. Afrancesada y delgadita, tiene muchas posibilidades de quedarse breja cual empate en casa. Sensaciones contradictorias.
Precio: Siendo bar de sufrir avalancha y proponiendo tortilla breve, esperábamos hacer buen negocio económico. Pero el agente habló claro: a la cláusula de 1.60€ se remite el club. Pues igual sí que es un poco alta la cifra.
Otras observaciones: Gran servicio pese a las moreas de gente. Vistas al estadio y a la bahía coruñesa. Pan decente, terracita y a cinco minutos de tu asiento. Hacen bocadillos de jamón y tienen cañas a un euro. Ineludible cita antes de entrar al municipal.
Y el veredicto es…
Nota final: Cuando el Deportivo salta al campo, los más comechones quedan rezagados en el bar. Nos limpiamos las migajas de la remera y apuntamos en la porra 6.7/10. Hubiera merecido más pero un par de fallos tontos la han condenado al empate. La tortilla es así.
Lo mejor: Tapa sabrosa y blanquiazul, jugosita y carismática. Rica, rica, rica.
Lo peor: Que te puedes comer tres y la cartera no está para estos sustos. A ver si se les va un poco la mano en el próximo partido y crecen mágicamente. Nosotros nos vamos al campo, ya rueda el balón, ya toca animar ¡forza Depor amigos!
Y tú… ¿has probado esta tortilla? ¿qué te ha parecido? ¡Vota aquí!
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La Jamonería Cervecería Sieiro está en los soportales del principio de la calle Manuel Murguía
