Si Lendoiro convenció a Bebeto de que A Coruña se parecía a Copa Cabana, ¿quien va a ser el guapo que nos diga que el «skyline» coruñés tiene algo que envidiar al de Nueva York? Lo importante es ponerle ilusión y un poco de cara. Pero en este caso no está muy lejos de la realidad. Ya había dibujado Antón Lezcano esa silueta que se ve de las playas de Riazor, Orzán y Matadero. Con la Domus, el depósito de agua de Montealto, la Torre de Hércules y el Millenium, el estadio municipal de Riazor y si nos apuramos hasta el Tryp Maria Pita y el Muncyt. Y entre medias, entre edificios de reciente construcción, irreductibles casitas de 3 pisos que resisten hoy y siempre al invasor.
Tiene que ser bonito atracar en A Coruña con una pequeña lancha, pero no en la Dársena con esa gente que parece haber salido de Santa Cristina, atracar en la playa del Orzán y antes adentrarse poco a poco en la bahía de tal forma que parezca que la ciudad nos da un abrazo atlántico. Seguro que yendo en esa barca nos fichaba hasta Leo Messi, o lo que es mejor, ¡Lucas Pérez! De momento, y probablemente hasta el verano que viene o a alguno de esos días de invierno soleado que a veces nos sorprenden, mirar hacia la playa nos hará ver más nubes, pero incluso viendo nubes, toda vista se puede solucionar si la acompañamos de una tortilla, que es lo que intentamos hacer desde este Argo del barrio de Labañou.
Aspecto: Rugoso, de incógnito. No es fea pero tampoco cuenta mucho de como sabe.
Jugosidad: Más bien seca, gramada pero rasposa. Algo de falsa jugosidad que desde luego no es suficiente.
Sabor: Solo quedaba una cuando se pidió (en un cruel domingo) y sabemos que eso a veces es peligroso. El sabor era regulero, estaba fría y encima costaba tragarla. La huevina se atisbaba desde el otro lado de la bahía.
Tamaño: Ni siquiera era muy grande aunque, eso sí, saciaba.
Precio: Creemos recordar que entre 1,70 y 2€
Otras observaciones: La había también choriceada. En un gesto de generosidad no solo nos pusieron tres tenedores para compartirla si no también tres trozos de pan. Buen servicio.
Y el veredicto es…
Nota final: No es la oscarizada película de Ben Affleck ni se va a llevar una galardón por nuestra parte. Esta tortilla no nos aprueba y se queda con un 4,3/10. Mucho que mejorar.
Lo mejor: Pensemos que igual les tocó un domingo negro.
Lo peor: No acierta en ninguna de las categorías (y ni siquiera es barata)
Argo Cervecería está en la Avenida de Labañou en el número 2
Actualización 12/07/17: No es nada nuevo pero «argo» nos dice que el Argo ha cerrado sus puertas para siempre. En su lugar se encuentra ahora otro sitio llamado La Nueva Estación, que cataremos pronto. Dejamos esto como recuerdo de una tortilla insuficiente.