Cafetería Piscolavis

La siguiente entrada fue escrita hace más de cinco años así que es probable que esté desactualizada.

El verano será terracero o no será. Eso lo saben en todos los barrios. Que ya sé que las siestas de verano en el sofá, con el tour de fondo o el magacín de la gallega son muy gustosas, pero al final en cuanto nos rascan un poco la oreja con unos rayos de sol, no nos cuesta nada cambiar la calidez del hogar por la silla terracera de bar. Y con esto no defendemos esas terrazas que ocupan media calle y que no dejan pasar las ambulancias. ¡En absoluto! Siempre hay prioridades. Pero si una mesa no molesta con un par de sillas, no necesariamente en la calle más transitada del mundo, allí no será difícil encontrarnos arreglando el mundo o devorando tortillas. Y más aún cuando vemos los carteles que acaban de sacar para el Noroeste Pop Rock.

Como buenos coruñers que somos menuda alegría nos llevamos al ver que vamos a poder brincar de concierto en concierto durante las fiestas de A Coruña escuchando buena música, conociendo nuevos grupos y apoyando una cultura musical coruñesa que en esas fechas es la envidia de muchos ayuntamientos. Y entre baile y baile, claro, una tortillita y algo para refrescar el gaznate. Se van a enterar los bares del centro cuando llegue el Noroeste. Y nosotros también nos enteramos de otra cosa: otro año en que parece que «la periferia» no existe. ¿No nos podriais haber mandado a Los Mallos, a Labañou, a Los Castros, a Adormideras, al Ventorrillo o a Palavea algún concierto de los tantísimos que va a haber? Esperemos que para otro año se acuerden más de nosotros, que ya toca. Mientras tanto nos conformamos con tortillas, que de esas sabemos en los barrios tanto o más que en el centro (y con terrazas más amplias).

Aspecto: Nos avisan de primeras que la tenían cortada para pinchos así que puede que llegue con una forma rara. Y efectivamente, pero en esta casa somos de buen diente y nos sirve igual para comer. Enorme pedazo de tortilla, bien amarillota y con pecas choriceras. Impresiona y gusta al gentío.
Jugosidad: Podía estar más jugosa la verdad, se desmigaba un poco.
Sabor: El chorizo estaba muy presente en el sabor y eso que se ganaba la tapa. De corte saladita, carne de pincho más que de tapa pero con rico huevo y una patata de buen tamaño. Sin duda: rica.
Tamaño: Enorme y saciante.
Precio: 1.50€.
Otras observaciones: Buen servicio y pan adecuado.

Y el veredicto es…

Nota final: Queda un pequeño reducto terracero al acabar Bugallal Marchesi donde está este Piscolavis donde tortillear a gusto. Y decimos a gusto porque sí, porque sin molestar el paso de los vecinos esta tortilla bien vale un 7.6/10. Es una tortilla de pincho y no se le puede exigir jugosidad, pero con el sabor cumple con creces y es apuesta segura para este verano.
Lo mejor: Amantes del chorizo, esta es la suya.
Lo peor: Amantes de lo jugoso, más vale que huyan.

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La Cafetería Piscolavis está en la Avenida de Oleiros en el número 2.

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