Bannah

Y al fin, tras casi diez años de tortilleo y tropelías, llegamos a la tortilla número 400. Y qué mejor que un puente con sus festivos para sacar un rato y publicar esta crítica que ya lleva meses en nuestra bandeja de salida. Porque sí, porque hacía mucho tiempo que no nos pasábamos por ese barrio y vosotros nos la habiais requeterecomendado, hoy toca una visita al Bannah de Matogrande.

Cuatrocientas tortillas se dice rápido y se degustan lento. El número significa que hay cuatrocientos bares distintos en A Coruña que han sufrido nuestra visita y nos han presentado su producto de la mejor manera que han sabido para que nosotros primero lo engullamos y luego vengamos aquí como cotillas a deciros qué nos pareció. Labor ingrata la de estos locales que a veces no habían tenido su mejor día y ha quedado publicado aquí para los anales de la historia (o hasta que dejemos de pagar el hosting) que la tortilla estaba un poco fría o que contenía un trozo de cáscara. Por eso siempre nos gusta recordar que, a pesar de que algo de paladar hemos adquirido tras tanta cata, ni somos profesionales ni queremos serlo y que juzgamos, si es que se puede considerar a esto juzgar, en base a unas circunstancias muy determinadas. Que ninguna de nuestras críticas os desanime para dejar de probar las tortillas de cada bar, aunque un suspenso os haga estar algo más alerta.

Cuando llegamos a 200 catas prometimos probar otras 200 tortillas más pero ahora, seamos sinceros, no sabemos si llegaremos a catar otras 400 tortillas. El tiempo cada vez es más escaso, en muchos locales ya hemos clavado la banderita y casi hemos acabado con todas vuestras recomendaciones. Además, haciendo autocrítica, sabemos que a la web no le vendría mal un lavado de imagen que se adaptase a dispositivos móviles (porque una app ya sería una barbaridad). Siendo conscientes de todas estas limitaciones e intentando ser humildes, como no cabe de otra forma, vamos a desear primero llegar al décimo aniversario, que malo será ya que es unos meses y, si puede ser, llegar a las 500 tortillas coruñesas. Para lograrlo seguiremos como hasta ahora, yendo de vuestra mano. Millones de gracias por, cuatrocientas tortillas más tarde, seguir leyéndonos, comentándonos y compartiendo nuestras críticas. Esto ha llegado mucho más lejos de lo que jamás pensamos y es todo gracias a vosotras. Y ahora con la tranquilidad de que tantos huevos no se hayan roto en vano, vamos al lío, a la papanza, al raje.

Aspecto: Imponente trozo al que se le adivina baba desde que se deposita con seguridad en la mesa. Bonito plato.
Jugosidad: Luce el huevo y se deshace en la boca, se desliza por el tobogan de tu faringe, killing me softly with his song. Hay mojetazo.
Sabor: Temperatura adecuada, toque saladito y apenas resistencia. Hay algún regusto que no sabemos identificar que evita que el huevo, diablos, sepa a huevo pero en su conjunto está muy buena. No siempre hay que entenderlo todo. La patata es blandita.
Tamaño: Muy bueno. Sacia.
Precio: 2.50€, un precio cada vez más habitual desgraciadamente.
Otras observaciones: El local es de ambiente pijolas, el pan es bueno y el servicio es de 15 sobre 10.

Y el veredicto es…

Nota final: Semanas más tarde seguimos dándole vueltas a cual es el secreto de esta sabrosa tortilla. Si es la huevina nos han engañado entrando con cajas de huevos al local. Una tortilla muy rica, abundante, con un servicio y pan excelente y óptima para el desayuno de los más comechones. Si os coincide pasar por Matogrande habéis de probarla y a ser posible ayudarnos a desentrañar su secreto (¿será el aceite dónde se hace?). Le damos, mientras seguimos indagando, un 7,8/10
Lo mejor: Valoramos muy positivamente que, siendo el precio no excesivamente económico, el trozo al menos sea generoso.
Lo peor: A 2€ entraría en nuestro mapita, pero somos conscientes de que los tiempos están difíciles. Quizás recuperar ese sabor de huevo que no sabemos donde se ha metido ayudaría también.

Y tú… ¿has probado esta tortilla? ¿qué te ha parecido? ¡Vota aquí!
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