Bar Cabanas

Nuestro idilio empezó hace 4 años. 4 años en los que la página ha crecido, el sitio ha cambiado de dueños, hemos dicho su nombre más de un centenar de veces contestando a la pregunta «¿cual es la mejor tortilla de A Coruña?» y la prensa se ha hecho eco y ha encumbrado por su parte a este bar que hace esquina enfrente del Muncyt. Y 4 años más tarde nos habéis pedido que volviéramos y eso hemos hecho. Porque hoy catamos de nuevo la tortilla del ganador indiscutible de la última legislatura tortillera: el Cabanas.

Antonio Cabanas Lois, Tonecho para los amigos, se jubiló en febrero de 2018 y con él termino tambien un legado para los comedores. Quedamos tranquilos porque la cocinera, las manos mágicas que daban la vuelta a la tortilla permanecían en el local. Nosotros no tenemos excesivo tiempo para repetir en los sitios que conocemos (siempre priorizamos los nuevos) pero vosotros, que acudisteis en masa durante este año y medio al local, nos fuisteis dando cuenta de las novedades que había. Un cambio de dueños, un local reformado, subida de precios y por último, lo que más nos interesaba, una tortilla que ya era distinta.

Nos quedan sitios dabondo por visitar en la ciudad antes de hacer recríticas pero nos parecía obligatorio que tratándose del número 1 y tras recibir muchas de vuestras opiniones pidiéndonos que volviéramos, dejarnos caer por la zona a ver si seguía siendo merecedora del puesto número 1 en nuestro ranking. Pues bien, esto es lo que vimos.

Aspecto: Buena facha pero… ya se ve que no es la misma. Algo humeante, una proporción de huevo bastante superior a la patata, bien cuajada en su totalidad y de un tamaño apabullante. No se parece en exceso a la que habíamos probado.
Jugosidad: Deja un leve desmigue que puede ser mínimamente aprovechado por un mojeteo rápido con pan. Más allá de eso no hay surf, pese a no dar problemas en el descenso. Una lástima ya que una alta proporción de huevo cuando funciona es cuando no está totalmente cuajado.
Sabor: Huele a huevo sabroso y al morder nos lo confirma. La patata, algo más normalera, no deja de ser buena y blandita. Nos da la impresión de que la acaban de recalentar al micro, lo cual podría explicar una levísima pátina algo aceitosa. Le falta un toque de sal y algo más de sabor. Es una tortilla que entra bien, caserita y resuelta, pero está lejos de ser la campeona que probamos en su día.
Tamaño: Grande y amplio, lo cual se agradece.
Precio: 2.50€, que pese a ser grande, es precio de tortilla gourmet.
Otras observaciones: No fue fácil atinar con el sitio pues ha cambiado sus horarios y ahora no abre de manera continua. Dos trozos de pan gigantescos (con 2 tenedores por si queríamos compartir) y un servicio, que pese a algún mensaje que nos llegó, fue impecable. La ponen de pincho.

Y el veredicto es…

Nota final: Todos los reinados caen y el del Cabanas no iba a ser la excepción. Sigue siendo una tortilla muy sabrosa, de notable bien merecido, pero aquel plato que nos explotaba en la boca con un sabor característico y dejaba donde bañar el pan ya no existe. No sabemos qué ha cambiado, si simplemente salen menos tortillas y han perdido la frescura de antaño o han variado las manos que la hacían. Nos gusta la nueva tortilla del Cabanas y os invitamos a que la catéis y disfrutéis porque dificilmente a alguien le disgustará. Simplemente, con su 8,25/10, no es ya la número 1.
Lo mejor: Un buen tamaño y una buena factura. No tiene fallos graves.
Lo peor: Nos gustaría un poco más jugosa por dentro, por ejemplo.

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El Bar Cabanas está en la calle Maestro Bernardino González Freire en el número 3