Como una mosca veraniega revoloteaba en nuestra memoria que nos habiais recomendado el, quizás, bareto más puramente surfista de la ciudad. Una de las razones por las que tardamos tanto en ir es porque año tras año, cuando pasábamos por delante, siempre lo cogíamos cerrado. Pero hoy, para celebrar las infernales temperaturas de este finde que tiene mucho de veraniego (¡eso es bueno!) y un poco de cambio climático (¡eso es malo!) nos sumergimos en las procelosas aguas del Café Bar Playa Mar para ver si vamos cogiendo el tono.
¿Sois de calor? Aquí el comité central de Aún Pillas Tortillas lo lleva malamente. Que sí, que un poquito de solete para salir a lucir tipo y no volver como un pajarito se agradece pero siempre que haya una brisita que nos vaya refrescando, o un ventilador estratégicamente colocado, o un helado de la Colón aunque sea… Y es que el calor nos agarrota y nos convierte en malas personas. A veces hasta nos quita las ganas de comer tortilla, así os lo decimos. Ya sabemos que con la playa al lado siempre estamos a tiempo de pegarnos un chapuzón en las gélidas aguas del Orzán (y de paso exfoliarnos la parte de los pies con su suave arena) pero que queréis que os digamos, que también necesitamos trabajar para vivir y esto de la pandemia nos pilló sin aire acondicionado en casa, ya ves tú.
Pero sí, cuando salimos de trabajar un baño es fácil que caiga. Y volvemos a lo de siempre ¿qué pasa después? Pues que como no somos Phelps ningunx, a los dos largos que hacemos para ver si estamos aún en forma acabamos prácticamente extasiados y tenemos que reptar hasta una terraza cercana a que nos repongan las vitaminas. Y la terraza del Playa Mar parece que está ni pintada: frente a la fuente de los surfistas, en la acera que baja de la cuesta de Matadero y mirando al horizonte. Tremendas vistas que disfrutaríamos más si no fuera que solo tenemos ojos para la tortilla. Hala, al lío.
Aspecto: 100% cuajada, de aspecto muy cafetero, con una patata bien tocha y un color sanote.
Jugosidad: Ofrece algo de resistencia al corte pero cuando lo logramos encontramos una tortilla con un toque esponjosa, que tampoco se hace especialmente densa.
Sabor: Tiene un deje saladito, una patata bien sabrosa y mucho más presente que el huevo, viene sin cebolla y en general está buenísima. No es una construcción compleja, es una tortilla sencilla y muy aconsejable para estómagos que no necesitan medio kilo en el plato. Nos gusta.
Tamaño: Se hace breve.
Precio: 1.50€, vivan los precios económicos.
Otras observaciones: El bar es cutrillo pero eso no es ningún problema (también di tú que solo lo vimos un poco desde fuera). Pan escaso pero adecuado y buen servicio.
Y el veredicto es…
Nota final: Vale la pena probar esta tortilla del Café Playa y Mar en uno de esos días que os pongais tontorrones post-playa y os apetezca una cerveza viendo el atardecer. Esta tortilla, sin pretensiones de alimentarnos ni solucionarnos la cena, es un broche perfecto para que no nos siente mal si esas cervezas se duplican o triplican. Una grata sorpresa que, distando mucho de ser perfecta se queda con un 6.9/10
Lo mejor: El precio es bueno pero nos quedamos con el sabor.
Lo peor: No es nada jugosa y tampoco es muy grande.
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El Café Bar Playa Mar está en la calle Matadero en el número 32
