Malauva

Siguen quedando tortillas en esta ciudad, sigue habiendo platos que no hemos probado. Cada vez menos, eso sí, que ya llevamos más de 350 tortillas gañote abajo. Pero siempre hay un bar en el que caemos por casualidad y vemos a una colega que no nos suena mirarnos de reojo desde la barra. Nunca se libran. Esta vez ha pasado examen la del Malauva de A Cubela.

Entre el buen tiempo, el aumentar los aforos de la hostelería, los días largos y la jornada de verano vamos recuperando el sano arte del buen vivir veraniego. Aún no nos hemos prodigado en la playa (parece que va a llegar antes la vacuna que el primer chapuzón) así que toca esperar desde la barrera, a veces desde las terrazas, otras desde los parques haciendo picnic. Todo lo necesario para que podamos llegar a julio doblando nuestro volumen con tanta cañita y picoteo, pa que no haga daño.

No pasa nada: ya estamos haciendo calendario de conciertos a los que poder ir a quemar calorías (aunque sea sentados moviendo frenéticamente las caderas) que nos permitan seguir catando al ritmo que esta página merece. Porque aunque este año el ritmo ha bajado, bien sabéis que el tortilleo no para y esperamos seguir trayendoos parcialísimas opiniones para que no tengais que sufrir en vuestras propias carnes algunos de los tarugos que brotan por la ciudad.

Aspecto: Buen color amarillo, apetecible.
Jugosidad: Échenle una mano a esta pobre tortilla desvalida que coquetea salvajemente con el taruguismo a bajar por la gruta de sus faringes. Muy densa.
Sabor: Ya os lo hemos contado: el interior está completamente cuajado. La mezcla es rica, potente de sabor y justa de sal pero tampoco va a llevarse una estrella Michelin. Temperatura fresquita.
Tamaño: Algo escaso, la verdad. Alimenta por su consistencia.
Precio: 2.50€. Ya empezamos.
Otras observaciones: Pan algo perro, del mismo tamaño que la tortilla. Ponen pincho. También la tienen sin cebolla.

Y el veredicto es…

Nota final: Salir antes de la sarten no hace daño. ¿Estará más bien pensada para pincho? Si es así, igual nos la han colado. Tamaño escaso y precio amplio, la tortilla del Malauva no disgusta pero tampoco es nada del otro mundo. Una tortilla pastosita para engañar al mediodía ante la que sin duda es mejor conformarse con el pincho que ofrecen o probar suerte en otro local. Aquí, como nos gusta el precio justo, le damos un 4,8/10
Lo mejor: Hacia tiempo que no suspendíamos a una tortilla y por decir algo positivo creemos que está medianamente sabrosa.
Lo peor: Siempre hay posibilidad de que si tu tortilla es de pincho, no la ofrezcas como tapa.

Y tú… ¿has probado esta tortilla? ¿qué te ha parecido? ¡Vota aquí!
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Malauva está en la calle Ponte en el número 32

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