Café Victoria

La siguiente entrada fue escrita hace más de cinco años así que es probable que esté desactualizada.

Igual os pensáis que aquí los tortillers somos gente seria y crítica que analizamos las tortillas cual cirujano seccionando un cuerpo y elaboramos veredictos cual juez del tribunal supremo. Y ojo, que eso es lo que intentamos pero lamentablemente ni cirujano, ni juez, ni farrapos de gaitas. Lo que sí somos los tortillers es comechones, lambones, hambrientos y hasta un poco pailarocos a la que nos estiren. Las tortillas no las degustamos, las engullimos. Las críticas no las elaboramos, ¡las escupimos! Y es por eso que imbuidos de este espíritu de subidón a veces nos venimos demasiado arriba y la devoción puede con la objetividad. Para los de los barrios bajar al centro es casi motivo de celebración y una buena fiesta no tiene mal comienzo en una tortilla. Así que cuando enfilamos la calle Olmos flanqueada por una miríada de locales que desembocan en el orgasmo taperil espectacular de la Galera y Barrera nosotros sí que gritamos ¡VICTORIA!. Y el café Victoria es donde nos quedamos, casi al principio de esta ruta triunfal. Bar de aspecto modernista y cuidado «de nueva hornada» que sin embargo mantiene elementos clásicos que lo hacen un must en la ruta de visitas de picoteo coruñés. Para colmo nos saluda al entrar una carta de tortillas muy envidiable: así a primera ollada vemos una normal, una de bacon y queso, una triple, de anchoas y pimientos del piquillo, de setas… ¡Así nos gusta! ¡Que tengamos donde escoger! ¡pues manos la obra!

Aspecto: Pues nada espectacular, una tortilla normal, guapita, de las que parece que encierran misterios pero que no gastan fuerzas en aparentar. Buena planta sin excesos, aspecto casero.
Jugosidad: Hay trucos mil para lograr que una tortilla sea jugosa pero no es tan fácil conseguir un punto justo y sin tretas. Esta lo tiene. Muy bien trabajada.
Sabor: Carismática y eso nos gusta. Que una tortilla busque su propio juego, su propio estilo. Muy sabrosa. Buen punto de sal, se renuevan las tortillas con frecuencia y con un corte y confección de la patata trabajado. Así sí.
Tamaño: Pues no demasiado grande para el precio que viene. Sobre un 75% de lo que nos gustaría.
Precio: Dos monedas de las del rey.
Otras observaciones: Muy buen servicio, muy buen pan, carta amplia de tortillas y otras tapas bien curiosas. Esta la calentaron con microondas pero no pasa nada (aunque preferimos que nos pregunten).

Y el veredicto es…

El veredicto es que nos quedamos mirando a la barra hacia las otras tortillas y… vaya, creo que tenemos algunas dudas finales… quizás podríamos… ¡probar otra de las tortillas que tienen! ¡no nos cansamos de comer este delicioso plato! ¡ya os habíamos avisado de que somos unos comechones!

Victoria

Tortilla de setas: Esta vez seremos más breves. La tortilla de setas comparte las características de la tortilla base pero, como os podréis imaginar los más avezados, tiene setas. Mismo precio, un tamaño similar y una pequeña diferencia en la jugosidad: esta vez es ligeramente cremosa, no se limita a ser el mismo cuento con setas. Muy rica y aconsejable para los fanáticos de las setas como un servidor.

Y ahora sí, el veredicto es…

Nota final: Comer estas dos tortillas ha hecho que tengamos que subir la nota hasta un 8.3/10. Pese a que lo dábamos por hecho, el Café Victoria no consigue entrar en el TOP tortillero por muy poquito. Veremos porqué.
Lo mejor: Sabrosísima tortilla con personalidad, una buena delicia. De los mejores bares tortilleros de la ciudad.
Lo peor: Un tamaño que podía ser más grande y un precio que se ajusta a ese tamaño que debería ser. Rollo gourmet que igual a alguno no le compensa.

Y tú… ¿has probado esta tortilla? ¿qué te ha parecido? ¡Vota aquí!
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El Café Victoria está en la calle Olmos número 23

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