Una del turno de tarde para un domingo de recobrar fuerzas. La de hoy es otra de vuestras recomendaciones y menos mal que nos las hacéis porque sin ellas no sabríamos donde ir. Además nos sirven para obligarnos a pisar barrios que tenemos medio abandonados. Y es que ya lo véis, esta crítica de la Garimbota nos ha servido como excusa para plantar las zapatillas en pleno Montealto, que no será porque no nos guste el sitio ni que no pasemos horas por la zona.
Sí que habíamos coqueteado con Zalaeta o con la Plaza de España, incluso adentrándonos por la calle de la Torre casi nos damos de bruces con la Cárcel, pero de ahí a la avenida de Hércules y a pisar el mercado de Montealto pues hay un trecho que no habíamos abarcado.
Tenemos la sospecha de que Montealto guarda en sus entrañas cocineros y cocinas de excepción. No hace falta que digamos nombres: grandes restaurantes pueblan sus esquinas más insospechadas. ¡Hasta las hamburguesas premium de la ciudad parece que nos las trajo el Carnivale! Eso y todas las tascas de buenas tapas y mejores vinos, que en Montealto parece que todo se monta como previa a una buena fiesta. Si no que se lo digan a los jóvenes bailongos que llenan las salas míticas de los alrededores de Artillería: el Fuzz, el Puti, la Mardi Gras, ¡hasta el extinto Bar Juan donde había leria pasase lo que pasase afuera!
Sin duda Montealto es un lugar donde los coruñeses fluyen como glóbulos rojos en una vena, de un lado para otro, llevando la romería de la calle a los locales y de los locales a la calle y de tanto agitarse a la gente siempre le entra el hambre. Pues ya os contamos la parada de hoy: La Garimbota. Ahora a ver si tanto trasiego valió la pena.
Aspecto: Muy bueno, color ilusionante, interior jugosete y patata cuidada con esmero. Parece que pinta bien la jugada.
Jugosidad: Extremadamente jugosa y con un toque cremoso.
Sabor: Estaba recién hecha así que la degustamos en todo su esplendor (aunque a veces ni recién hechas tienen por donde cogerse). Tenía un ligero deje ahumado/quemado, un toque salado juguetón y un huevo muy rico así que disfrutamos de lo lindo con la tapa. La patata era tirando a grande y el borde muy fino.
Tamaño: Un poco más del tamaño medio.
Precio: Ajustados 1.80€
Otras observaciones: Odiamos el plato de pizarra negra porque hace del mojeteo una experiencia hasta grimosa a veces. El pan era escaso. Del servicio también podemos contar algo: la primera vez tardamos un rato en conseguir que nos cobrasen pese a que la persona que atendía pasó por delante de nuestros morros varias veces sin hacer ni caso. Pensamos que sería un despiste eventual pero otro día que volvimos al sitio pasó directamente de nosotros para atender a gente que había llegado bastante después, obviandonos a pesar de habernos visto. Un detalle bastante feo de nuevo.
Por otra parte, preguntamos por posibilidades para celíacos y nos tendieron, además de la carta de alérgenos, un manual sobre lo que supone la celiaquía (con lo que parece que simplemente tienen el resorte de dar eso al que se lo pide sin saber bien qué es). Y no deben conocer bien qué es porque nos trajeron los tenedores dentro de la cesta del pan…
Y el veredicto es…
Nota final: La parada montealtina de la Garimbota no nos dolió, porque nunca nos duele y la tortilla garimbotera estaba bien buena y recomendable. Sin embargo, no olvidamos los puntos de mejora. Lo primero y más fácil: el plato de pizarra ¡queremos mojar! pero sobre todo el mal servicio y la mala concienciación en cuanto a intolerancias. Esta tortilla baja su nota hasta llegar a un notable pelado y solo si no dais importancia a estos detalles. A esta experiencia garimboteira le regalamos un 7/10
Lo mejor: Jugosidad muy conseguida
Lo peor: Pequeños detalles: el toque ahumado no nos gustó y el poco pan tampoco. Fácilmente subsanables. Lo del servicio también clama al cielo.
Y tú… ¿has probado esta tortilla? ¿qué te ha parecido? ¡Vota aquí!
La Cervecería La Garimbota está en la Avenida Hércules en el número 94.