¿Os acordais de cuando abrieron el centro comercial Los Rosales? Era por 1996 y ya llovió desde entonces. ¡Vaya revolución! Salas de cine, McDonalds, la sala de recreativos con aquella máquina que era una bola y los juegos de discos que flotaban en el aire (¿cómo diablos se llama?). ¡Cuantos pasaron cumpleaños y cumpleaños entre partidas al Time Crisis y Happy Meals con juguetes de Space Jam! Todo esto en un ambiente que como mínimo se puede llamar multicultural: desde las niñas del colegio más pijo hasta los kinkis más chungos de la zona. Los Rosales fue envejeciendo malamente y pasó de ser el centro de diversión total para la preadolescencia a un espacio algo más ajado y decadente con la aparición como hongos de los cuatromil centros comerciales de nueva creación. Pero nosotros, tiernos y nostálgicos, decidimos volver una vez más para ir al cine y llevarnos una arquitecta de mano que nos regalase nuevas visiones sobre el lugar. ¡Nos estamos perdiendo entre tanto recuerdo! También paramos a tomar tortilla antes de que empezase la sesión. Esta vez fue en la «sucursal» de la cadena Lois, un clásico en la escena centrocomercial coruñesa. ¡Bon appetit!
Aspecto: Ustedes lo ven, yo no miento. Mazacote fino. Impresiona por su contundencia. Y cada uno que valore.
Jugosidad: Al pedir la tapa nos practicaron un bello truco de magia. La sacaron del expositor, la llevaron a un cuartito y donde antes tenía pinta de estar fría, ¡ahora estaba caliente! Esto ayudó a que bajara con un poco más de glamour, pero vaya, aunque el tarugo se vista de microondas, no hay tarugo que esconda.
Sabor: No era malo, calor artificial, un deje anisado, un típico sacahambre con un sabor estándar.
Tamaño: Contundente, suficiente, de sobra. Cumple el cometido fiel para el que la encargamos: sacar el hambre. Y punto.
Precio: Pensábamos que sería más caro pero se quedó en un 1.70€
Observaciones: Trato correcto, pan correcto, y en la cocacola me tocó de nombre Enrique.
Y el veredicto es…
Nota final: Tenemos de nuevo ante nosotros un ejemplar de la especie tortillus tarugum, útil en épocas de carencia para saciar el apetito con suficiencia y para iniciar a los pocos preadolescentes que van a Los Rosales en el noble arte de sumiller de tortillas. Dejamos un 5.8/10 por los viejos tiempos.
Lo mejor: Un estándar de las cafeterías: el ladrillo amarillo. Por un precio asequible quita el hambre y ahorra unas palomitas.
Lo peor: El deje dulzón quizás le sobraba. Y nos gusta que nos pregunten si quieren que les den unas microondas para calentar, no que tomen esa decisión por nosotros. ¿Nos intentarán engañar? No sabían con quienes se enfrentaban. Que tenemos el culo pelao del Time Crisis, joder.
Lois (CC Los Rosales) está en la Ronda de Outeiro número 419.
Actualización 05/09/17: La vida en los centros comerciales suele ser dura… y a veces breve. El Lois cerró sus puertas y sus tortillas dejando medio huérfanos a los paseantes del CC Los Rosales. Mucho tampoco perdimos.