No queda nada ya para encarar el último mes del año y lo que parece que va a ser protagonista de esta recta final es el viruje del carajo que nos estamos papando. Porque nosotros, animales terraceros e inquietos, mucho nos gusta patear y apostarmos en las terrazas, pero a ver quien tiene los bemoles cantarines para hincarle el diente a una tapa con estas temperaturas. Por otra parte coger el coche está siendo un infierno y es que es una de las cosas para las que los coruñeses nos ponemos todos de acuerdo: mover el auto a la vez. Y así, ya ves tú los atascos.
Habrá que buscar otras soluciones. Con tanto black friday, que ya se estira semana y media y tanta gana por pasar el rato a cubierto, hemos hecho buen acopio de jerseis gorditos, de chaquetas con borreguito, de bufandas que nos sepulten la cara y hasta de algún pantalón de esquí. Ahora sí que estamos listos para salir. Y en una de esas paradas de centro comercial tras ir al cine, decidimos marcarle diente a esta tortilla de O Espeto, en la frontera misma que da comienzo al alargado barrio de Os Rosales. Abrigaos que ya arrancamos.
Aspecto: No muy emocionante. Mazacón paliducho, con pinta de enfermo, la única esperanza es que sea por huevos caseros.
Jugosidad: Mazacotil, de corte volumétrico (se pueden crear dados con la tortilla), tentetieso y pisapapeles. En efecto, cuesta de tragar.
Sabor: Sabor añejo de regustos, debe estar en la lejana tercera edad de su vida. Algo pasada. El huevo tenía un pase.
Tamaño: Normal, pero se hace largo.
Precio: 1,5€
Otras observaciones: El pan es de comedor escolar, el servicio es bueno.
Y el veredicto es…
Nota final: Pues si no teníamos suficiente con el invierno, esta tortilla nos ha dejado aún más fríos. Le vamos a dar un 4/10 porque somos generosos, pero no vale la pena meterle el diente. Si el nombre del bar dice algo, mejor probar la carne que tengan al espeto.
Lo mejor: Cara no es.
Lo peor: El sabor ancestral. Comerla cuesta.
Y tú… ¿has probado esta tortilla? ¿qué te ha parecido? ¡Vota aquí!
O Espeto está en la Ronda de Outeiro en el número 408.