Será por huevos. A lo largo y ancho de la geografía coruñesa hay tortillas como para hundir un petrolero. Y todas, gruesas o finas, jugosas o securrias, son bonitas a los ojos de Dios. Es por eso que, salvo en la intimidad de nuestro ocio personal, cuando nos dedicamos a la cata dentro de este proyecto no solemos revisitar lugares a los que ya les hayamos hecho crítica. Pero siempre existen excepciones y estas se dan cuando una tortilla está bien alta y orgullosa en nuestro ranking y no dejáis de repetirnos que las cosas… han cambiado. Sucedió en su día con el Cabanas y hoy vamos a ver qué pasa con el Picnic.
El Picnic, por cercanía a donde vivíamos, sufrió nuestra crítica no mucho después de abrir, cuando su letrero aún brillaba de lo nuevo que era y no solo por las luces. Como recordaréis (y si no aquí tenéis la crítica), no fuimos los únicos a los que nos encantó y su fama fluyó por toda la ciudad hasta que decidieron abrir una nueva sucursal tortillera en el centro, la cual por cierto aún no hemos catado. Una tortilla jugosa, sabrosísima y a un precio más que adecuado hicieron que el Picnic se hiciera con nuestro bronce durante cuatro años.
Pero nada dorado permanece, que diría Robert Frost, y de un tiempo a esta parte muchos de vosotros nos habéis comentado que la tortilla ya no es la que era. Tras un breve sondeo en Twitter, vosotros, pueblo valiente y soberano habéis decidido que valía la pena una recrítica y nosotros, siervos fieles, allá nos fuimos. Siempre nos da algo de pena tener que bajar una nota y como comprenderéis nos es imposible mantener la página tan actualizada como quisiéramos pero que al menos las tortillas que pueblan el TOP10 tengan una nota vigente nos parece un mínimo exigible, dentro de nuestras posibilidades.
Aspecto: Volvemos a casa. Aquella tortilla algo cobriza y de desparrame en el plato parece que ha pasado un mal invierno. La vemos algo más mortecina, menos líquida y una mezcla a borbotones en vez la piscina donde antaño flotaba la patata desmembrada.
Jugosidad: Aunque no llegue a aquellos niveles de mojeteo, la tortilla sigue estando bastante jugosa, aunque ahora tirando más al esponje que a la cascada de huevo.
Sabor: Un punto muy justito, algo escaso de sal. El huevo con una textura algo bizcochera está aceptable sin destacar y las patatas se confunden entre medias. Le falta sabor, sin estar mala, pero sí si nos acordamos del impepinable plato que tomamos hace unos años.
Tamaño: Buen tamaño.
Precio: Del euro y medio ha subido a 1.85€, que no es mucho pero es alguna monedita más.
Otras observaciones: El servicio es bueno, el pan algo corchudo pero aceptable y lamentamos que, al menos en terraza, no haya ningún tipo de distancia entre mesas como obligan las restricciones actuales y que sin duda nos hubiera ayudado a degustar la tortilla mucho más tranquilos.
Y el veredicto es…
Nota final: Si tuvieramos que resumir esta crítica en pocas palabras diría que la tortilla del Picnic ha perdido su magia. Hace unos años nos encantó y nos encantó que existiera este tesoro fuera del circuito más comercial del centro; hoy en día sigue siendo una buena tortilla, muy disfrutable y que difícilmente disgustará a nadie, pero que no llega para estar en el TOP10 de la ciudad. La reválida le ha pasado factura y aunque nos encantaría hacer una re-crítica en el futuro y devolverla a lo más alto, de momento se queda con un 7,2/10
Lo mejor: Para aquellos a los que les guste una masa interior a medio cuajar hecha con patata asumida con el huevo y sin mucha sal (y no son pocos), esta es una tortilla de sobresaliente.
Lo peor: El recuerdo de lo que fue, casi un sueño.
Y tú… ¿has probado esta tortilla? ¿qué te ha parecido? ¡Vota aquí!
El Picnic está en la Avenida de Monelos en el número 63.
Como se que disfrutáis con vuestra labor catando tortillas, y os sigo y aprecio, me voy a permitir daros un consejo de amigo para evitaros perder tiempo, dinero y vocación.
No vayáis al Picnic de La Franja. Yo fui 2 veces, la segunda vez fui porque debo ser medio idiota o masoquista, y fueron las dos peores experiencias tortilleras de mi vida.
Me permito recordaros mi última sugerencia e invitación a la Pulpeira do rompeolas, y también a la Taberna Riazor, que están una al lado de la otra.
Cuando queráis hacemos una media maratón tortillera
Buenas tardes.
Nos tomamos la crítica de forma constructiva. Nuestras tortillas siguen siendo jugosas, están hechas de la misma forma que entonces y con la misma materia prima.
Damos fe de que siguen gustando mucho dado la gran demanda que tenemos a diario.
De todas formas las tortillas no las hace una máquina, por tanto pudo salir en alguna ocasión más hecha.
Vuestra crítica nos ayuda a mejorar y no perder la atención.
Volved cuando queráis. Un saludo.