Taberna del Chipirón

La siguiente entrada fue escrita hace más de cinco años así que es probable que esté desactualizada.

El Chipirón, el Chipirón, cambia de colores según la ocasión. Bueno, si veis que cambia de color es igual que lo habeis dejado demasiado tiempo fuera de la nevera y entonces no deberiais tomarlo. Además de un simpático animal que puebla barras de bar, el chipirón da nombre a una pequeña taberna situada en la Ciudad Vieja cerca de los jardines de San Carlos, hogar eterno del general Sir John Moore que además tiene un poema de Rosalía dedicado (¡ahí es ná!). La taberna del Chipirón tiene una terracita, que también mola lo suyo, una carta con especialidades en cefalópodos y como nos contó algún seguidor de la página, una buena tortilla. Pues allí fuimos.

Aspecto: Humilde, coqueto, amable. No impresiona pero no disgusta. Amén de algún invitado sorpresa que dejaremos al lector que lo descubra cual acertijo, era una tortilla simple y bonita.
Jugosidad: Huevo blandito y cuajadito que sin mojar plato hace que la tortilla esté bien jugosa.
Sabor: Rico, manejan a la perfección la magnífica táctica del truco de la sal y hacen de esta una tapa deliciosa, en su justo punto.
Precio: Baratos euro y veinte que hacen que resople de alivio nuestra cartera.
Tamaño: Normal, sin peripecias. Un tamaño estándar que alimenta más no harta.
Otras observaciones: Tienen un buen pan, fresco y rico y el resto de tapas tenía buena pinta. No nos agradó en exceso que tuvieran nuestra mesa reservada y no nos avisasen cuando nos sentamos media hora antes y tras desplazarnos procediesen a comentar de manera indirecta que cuando nos fuesemos ya colocaban todo, creando una presión innecesaria. Tampoco que a los británicos que habían organizado allí su cena se les oyera valorar la posibilidad (¡ay!) de colarles una empanada que servían como pincho, eso sí, rapidamente descartada. Cosas que pasan.

Y el veredicto es…

Nota final: Los detalles, los malditos detalles. Dejan a esta sabrosa tapa con un 6.8/10. Ahora les cuento.
Lo mejor: Una tortilla riquísima. Sin paliativos. Háganme caso.
Lo peor: Hay cosas que cuesta muy poquito cambiar y te arruinan un poco lo trabajado de la experiencia. El servicio por ejemplo. Los amigos inesperados, otra. Que uno no es escrupuloso y sabe apartar. Pero porque uno es así. Sería un día malo.

Y tú… ¿has probado esta tortilla? ¿qué te ha parecido? ¡Vota aquí!
(1 votos, promedio: 4,00 de 5)
Cargando...

Taberna del Chipirón está en la calle San Francisco número 21.

Deja un comentario