Bar Santaya

Enero siempre fue un mes complicado. Este año, mientras intentamos recuperar un ritmo de vida más comedido y recuperarnos de la resaca de los festejos, tenemos que emplearnos también en bregar con la resaca pandémica que se avecina. Otros años, en esta página, enero fue un mes de recuperar el ritmo tortillero de visita a bares. Pero no las tenemos todas con nosotros de que podamos hacerlo en 2021 dadas las perspectivas preocupantes que hay ahora mismo en la ciudad. Menos mal que hicimos los deberes el último otoño y tenemos alguna que otra tortilla que aún no ha salido de redacción. La de hoy es la del Bar Santaya de Labañou, muy cerquita de Riazor.

Aunque muy lejos de pandemias y virus, otra de las noticias negativas que nos dejó el 2020 fue la debacle del Deportivo. Como sabéis, y como debe ser, en Aún Pillas Tortillas somos blanquiazules hasta las cachas, y el proyecto tortillero se ha visto influenciado por más de un partido del Depor. Hemos catado la tortilla del Sieiro antes de entrar a la grada de Pabellón, hemos vivido un derbi royendo algún paluego de la Cervecería Gol y algún ilustre ex-jugador de la plantilla nos dijo que nos habíamos quedado cortos con la nota de la Pulpeira Riazor. ¡Hasta bromeamos en su día con intentar patrocinar al club! Pero eso era cuando aún podíamos ir a comer a O Canizo antes de ir a celebrar los goles del equipo…

Ir a Riazor ahora está difícil pero solo por las restricciones porque nosotros tenemos las mismas ganas de llenar el campo que cuando estabamos en Champions League. Nuestro asiento, aunque esté vacío, está bien reservado en nuestro carné de socio y no vamos a dejar que nos lo quiten. Pero los asientos que sí que están vacíos y esperamos que estén llenando otros son los de los bares cerca del estadio, en los Rosales, en Labañou, en Ciudad Escolar que tanto disfrutábamos cuando había partido y había que ahogar penas o celebrar victorias. El de hoy fue una excepción de un día que conseguimos ir aunque no rodase el balón. El resto: que nos esperen. Cada vez queda un día menos y como al Depor, nos van a ver volver.

Aspecto: Una piel gruesa y morena, víctima de una larga vida trabajando en el campo… bueno, igual no, pero sí que se pasó un ratito de más en la sartén. Del interior se asoma un huevete juguetón y una patata laminada que, para que engañarnos, apetece MUCHO. Nos llama.
Jugosidad: Algo correuda por momentos pero acaba deslizándose suave. Consistencia gramadita.
Sabor: El huevo está muy rico, la patata también, la sal no escatimaron en ella y la corteza está crujiente. Aunque la tapa en sí está sabrosa, se le notan bastante las horas. Recién hecha tiene que ser un pecado.
Tamaño: Más que aceptable.
Precio: 2€.
Otras observaciones: La ponen también de pincho. El pan algo normalero. Hay sin cebolla y con cebolla.

Y el veredicto es…

Nota final: Nos gusta la tortilla del Santaya aunque ya esté en el ocaso de su vida, como un verano que se va. Nos quedan ganas de probarla recien hecha porque creemos que algunos de sus defectos (un poco trabada de más, algún bocado más seco) seguro que desaparecen a primera hora de la mañana. Sea como sea es una tortilla que nos ha convencido y recomendamos: le damos un 6.6/10.
Lo mejor: La promesa de que joven estará estupenda.
Lo peor: A una tortilla que cogimos en horas bajas nos hubiese gustado encontrarle algún punto más especial para llegar al notable. 2€ es un precio no demasiado barato (aunque cada vez es más común) y el tamaño es completamente estándar. Digamos que su punto negativo es que no nos ha llamado la atención por ningún extra.

Y tú… ¿has probado esta tortilla? ¿qué te ha parecido? ¡Vota aquí!
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El Bar Santaya está en la calle Avenida Gran Canaria en el número 11.

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