A los habitantes de la península coruñesa, adentrarse en lo más profundo del barrio de Os Mallos les puede parecer entrar en un terreno inhóspito. Pero nada de eso, por mucho que te pierdas por la zona de la Sardiñeira siempre tendrás a tiro de piedra la estación de tren, el polideportivo o el barrio de Vioño con la fábrica de la mejor cerveza del mundo. Y más de una tortilla. A nosotros, que todo esto nos pirra, somos fans declarados de la zona y sin duda teníamos que acabar cayendo por el Café Bar Puerto Rico.
Efectivamente, un año más y si nadie lo remedia, estamos a las puertas de San Juan, esa entrañable celebración tan nuestra basada en tres pilares: las sardinas, que por lo que sea ese día se les da por mojar el pan, las hogueras, que piden a gritos ser saltadas y tres, la meteorología, que contra todo pronóstico para facilitar los dos puntos anteriores, desata graciosas precipitaciones sobre las personas que comen sardinas y saltan hogueras. Toma retranca.
Pero, a menos que los discípulos de Pemán anden más perdidos que Charmander en el Aquapark este sábado gozaremos de 28 gradazos lo cual, junto con el calor emanado por el fuego, parece que invitará a desprenderse de ropajes y acabar en el agua. ¡Tened cuidado! Para lo segundo os recordamos que está prohibido bañarse desde las 10 de la noche y que el alcohol y el agua marina son malas amistades. Sobre lo primero, lo de desprenderse de ropajes, parece que no hay más reglas que las HABITUALES, tampoco os paséis. Que a alguno esto de los ritos celtas parece que le exacerbera algún impulso ancestral y con una habilidad inaudita en cuando te das cuenta está bailando en pelotas alrededor de unas ascuas. Insistimos de nuevo: todos los años hay accidentes, extremad las precauciones en la noche de San Juan. Necesitamos a todos los tortillers sanos y salvos.
Aspecto: Amarillona y hechaza, sin contemplaciones. Viene en un bonito plato y nosotros contentos de recuperar los soportes tradicionales para las tapas tras las últimas críticas sobre madera o pizarra.
Jugosidad: No lo escondemos, algo taruguera, a la vista está que puedes seccionarla en volúmenes perfectos sin que nada se desmonte. A un poco de líquido no le dice que no, pero tampoco se hace árida.
Sabor: De corte cafetero, no engaña a nadie. La patata luce gruesa, absoluta protagonista de una tapa en detrimento de un huevo más ausente pero sabroso. En cuanto al paladeo los dos ingredientes se ven caseros y con un sabor más que aceptable. Su mezcla se hace agradable pero sin alardes. Tiene pinta de que si la comes al día siguiente sigue manteniendo el tipo.
Tamaño: Tamaño ajustado a sus maneras. Es una tortilla densa así que sacia de sobra.
Precio: Entre 1.80€ y 2€
Otras observaciones: El servicio es de 10. Ponen pincho. El pan es bueno. El local tiene entrada por los dos lados, el que da a la calle del mismo nombre con su terraza y el de la plaza del Mercadillo de la Sardiñeira. Tienen más tapas por si vuestro hambre es leonino.
Y el veredicto es…
Nota final: La tortilla puertorriqueña puede que sea ideal para pincho pero la tapa tampoco está nada mal. Quizás recién hecha gane algo de jugosidad pero estas tortillas cafeteras, que tanto echamos de menos, sin pretensiones y que te pueden arreglar una merienda, están hechas para resistir. Ni ofrece más de lo que da ni decepciona. Muy contentos de encontrar una nueva parada obligatoria en Os Mallos, barrio que reivindicamos como destino gastrónomico, de ocio, social y casi turístico, le dejamos con ritmos caribeños un 7/10, algo generoso.
Lo mejor: El hambre que quita a buen precio.
Lo peor: Un poco de mojeteo se echa en falta, que nunca le hizo daño a nadie.
La Cafetería Puerto Rico está en la calle Puerto Rico en el número 13