Café Sindical

A todas partes se llega si se tiene el hambre suficiente. Igual no tanto como el chaval que se fue caminando hasta Ordes pero al menos hasta la antigua SEAT sí. En estos tiempos de teletrabajo y subida del salario mínimo, nos ponemos el mono de trabajo y nos acercamos, no a doblar el lomo si no a menear el bigote, hasta el Café Sindical.

Allí donde se levantaba el antiguo LIDL que tan internacionales nos hizo con su semana alemana, semana italiana, semana vietnamita… se yergue también el edificio que contiene las oficinas de una gran parte de los sindicatos de la ciudad. Los afiliados a UGT lo tienen fácil pues en los alrededores de La Palloza, donde está su local, hay multitud de tortillas que catar (algunas las podéis consultar aquí, incluida la del bar que se ha propuesto llegar al millón de tortillas) pero ¿qué hay de todos los demás? ¿tienen acaso que acercarse a la Facultad de Caminos para poder tomar un café con tapa?

Afortunadamente para esto existe el Café Sindical en los bajos de ese edificio. A nosotros, un día que nos acercamos por la zona (lo reconocemos, nos olvidamos de que el LIDL ahora está en Eirís) nos llamó la atención y no dejamos pasar la oportunidad de meterle el diente a la tortilla. Porque el trabajo asalariado desgasta y hay que recuperar fuerzas; tan necesarios son los sindicatos como un plato de comida de caliente así que aquí os traemos la crítica tortillera.

Aspecto: No era a primera hora de la mañana pero estrenamos nosotros la tortilla. ¿No gusta aquí o qué? Llama la atención un tremendo plato para una tapita más bien pequeña. Se ve uniforme, cuajadita, tarugui alert.
Jugosidad: No es un prodigio de jugosidad y tiene alguna reminiscencia a esas tortillas de supermercado… ¿habremos caido en la trampa? ¿se apellidará el cocinero Palacios? Si no es tarugón al menos sí taruguito.
Sabor: Templadita, se va dejando comer la patata esmagadita y un huevo 100% en estado sólido. La tortilla es absolutamente homogénea y con un sabor prefabricado. Sí, parece que ha salido de un envoltorio de plástico. La sal está medida y aunque la tapa se deja tragar entendemos que no sea lo más popular del lugar.
Tamaño: Por consistencia y gramaje quita el hambre pero le hacía falta haber tomado un par de yogures más en la infancia para llenar el plato
Precio: 1.25€ (2.25€ con café)
Otras observaciones: Tienen desayunos bien económicos. Acompañan el café de un chupito de zumo. Rebanada de pan fresco y buen servicio.

Y el veredicto es…

Nota final: Hemos acabado la tapa y no sabemos qué ha pasado. ¿Un nuevo triunfo de la clase obrera o volvemos a las barricadas? Pues un poco como si nos quedasen a deber horas extras. La tortilla del Café Sindical tiene un alto porcentaje de probabilidades de venir envasada. Si siguiera el LIDL abierto el círculo se cerraría. No podemos asegurarlo pero que exista una duda razonable ya es mala cosa. Por lo demás si tenéis el listón bajo y queréis gastar poco dinero igual os soluciona, también nosotros hemos aprobado alguna que otra tortilla de supermercado. Pero de ahí a encontrarnosla en un bar… nada, hacemos huelga de aprobados y le dejamos un 4,33/10
Lo mejor: El precio pero se hace caro si se trata de una tortilla precocinada. Lo mejor sería que nos hubiéramos equivocado y realmente fuera casera porque tiene mucho márgen de mejora, empezando por dejar el huevo un poco más suelto.
Lo peor: Parece que no se usaron sartenes.

Y tú… ¿has probado esta tortilla? ¿qué te ha parecido? ¡Vota aquí!
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El Café Sindical está en la calle Severo Ochoa en el número 63

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