Ha ocurrido ya, ¿no lo habéis notado? Sí hombre, ha pasado ya el equilux, ese momento del año en el que el día le gana la batalla a la noche –¡toma poeta!– y empieza a ver más horas de luz que de oscuridad. Esta información ya que cada uno se la administre como quiera, que sabemos que hay muchos y muchas criaturas de la noche que en la luz tenue y entre las sombras es donde se encuentran en su salsa. Nosotros, como necesitamos ver para atinar donde pinchar la tortilla, lo celebramos. Por ejemplo, yendo a la Cafetería San Diego.
La de hoy es una recomendación que nos hicieron hace no menos de cuatro mil años y que por nuestra culpa, nuestra grandísima culpa y una equivocación geográfica no atendimos hasta hace bien poco. Porque la cosa es que hay varias cafeterías San Diego en la ciudad. Nosotros encontramos una, pasamos un par de días por delante y allí ni había tortilla ni había ná. Y ahí se quedó la historia. Pero hete que años más tarde, paseando por la Avenida del Ejército camino al Parque Europa de repente nos encontramos con que hay un local que además de tener el mismo nombre sí que despacha sabrosas tapas de tortilla y caímos del guindo.
A partir de ahí investigamos cuando era el mejor momento para degustar este plato e intentamos solucionar la afrenta viniendo en jornada matinal, algo que no podemos hacer a menudo. Todo fuera por devolverle a la San Diego la visibilidad que le habíamos negado durante todo este tiempo. Amigo o amiga que nos la recomendaste en los albores de la página: te pedimos disculpas. Esperamos que esta crítica tardía sirva para limar asperezas y enterrar el hacha de guerra. Sabed que nosotros, tortillers leales, acabaremos mordiendo la tapa que nos recomendáis aunque a veces tengan que pasar lustros para ello.
Aspecto: Buen aspecto y olor, como tú creías que salías de casa cuando tenías dieciséis años y habías quedado con posibles amoríos solo que en este caso es cierto.
Jugosidad: Un pecado, fácilmente digerible con cuchara. Desliza tras un leve remoloneo en boca. Nada, a confesarse.
Sabor: Huevo ligeramente cremoso y muy rico, hasta los topes de sabor sin ser salado. La patata blandita está prácticamente caramelizada y se ha empapado del huevo en cada micrómetro de los regates de su superficie. Una tortilla de cafetería que se mea en los restaurantes gourmets.
Tamaño: Tiene enjundia, sacia y se hace de buen tamaño pese a que parezca pequeña.
Precio: Entre 2 y 2.50€
Otras observaciones: Tremendas vistas a los troncos del puerto, un servicio impecable y encima ponen buen pincho. Todo a favor.
Y el veredicto es…
Nota final: Qué hubiera sido de nuestra vida si hubiéramos conocido esta tortilla antes. A día de hoy, no sabemos si embelesados por lo que acabamos de degustar, dudamos que haya muchas tortillas de cafetería mejores que esta en la ciudad. No podemos darle una nota más alta porque necesitamos seguir catándola, pero es más que merecido para esta tapa de factura cuidada y un sabor de altísima calidad otorgarle un 8,8/10
Lo mejor: Tiene varios puntos muy buenos, incluso su precio no es elevado, pero su sabor es sobresaliente.
Lo peor: Habernos equivocado de Cafetería San Diego y haberla catado tan tarde.
La Cafetería San Diego está en la Avenida del Ejército en el número 10 bajo.