Puesto 28

Hace ya tiempo, cuando no sabíamos pronunciar la palabra coronavirus ni pagábamos 3€ por una cerveza en el centro, los pequeños castores tortilleros incursionamos en la Calle de la Barrera para probar todas las tapas de tortilla y traeros en un especial cuál era la mejor. Ese especial a día de hoy está más desactualizado que vuestro perfil en Myspace, pero eso no quiere decir que no sigamos yendo por la calle Barrera a probar tapas, como esta del Puesto 28.

Algún día, indefectiblemente, reharemos ese especial. Quitaremos las tapas de locales que ya han cerrado, probaremos las nuevas y volveremos a daros nuestra imparcial opinión sobre donde se come la mejor tapa. Pero la verdad es que viendo los precios y en ocasiones el trato de los locales de la zona, no tenemos muchas ganas. No sabemos si enfocados al turismo, a los visitantes que vienen en crucero o a gente de un estatus distinto al nuestro, aquellos bares que tanto nos gustaban han ido dejando paso a otros locales en los que ya no nos sentimos tan cómodos. En los tickets, los «uno y pico euros» han dejado paso a los 3, los tamaños han menguado misteriosamente y la cercanía en el trato de otrora ha dejado lugar a malas formas y agobios, en ocasiones intentando rentabilizar alquileres altísimos y afluencias desproporcionadas. No sabemos si augura muerte por éxito, pero no creemos que nos pille a nosotros colaborando con ello.

Pese a todo, y más en épocas carnavaleras, ¿quién puede negarse a darse un paseo por Torreiro, por la Barrera, por las Atochas para ver cómo lucen los disfraces de las coruñesas y coruñeses? Y es de ley reconocer que las generalizaciones siempre son injustas y que muchos locales sobreviven con tesón a esos mismos alquileres abusivos, dándonos de comer como lo hacían antaño, a precios adecuados y con un trato de diez. No hay que olvidar que el barrio de Pescadería (o Pescaría para ser más exactos), tiene 3 de las 10 mejores tortillas de la ciudad a día de hoy, 4 si añadimos la zona de Plaza de España. Pues por eso, pese a todo y aunque vengamos con una ceja ya medio levantada de casa y un riñón a flor de piel por si hay que venderlo, hoy volvemos al centro a ver qué nuevas tortillas tiene para nosotros.

Aspecto: Una cazuelita donde reposa tranquila una tortilla fina de buen color. La verdad, creemos que la apuesta del recipiente no es la más adecuada y, aunque queda muy bonita, se hace incómoda de comer.
Jugosidad: Algo pegajosilla pero no por ello taruguita, todo lo contrario. Ligeramente babosa, hasta permite mojetear un poco.
Sabor: Recién hecha, lo cual también se paga. Ya se intuye que por fuera está hecha. El punto de sal está un poco alto, ni la patata blandita ni el huevo destacan. De consistencia bailona, sabor normalero. Se come pero ya.
Tamaño: Algo fina de más pero tamaño estándar. Se come en un plis.
Precio: 3,10€. No es un buen precio.
Otras observaciones: Las demás raciones del sitio parecen más ajustadas en cuanto a precio/cantidad. Buenos vinos (y no caros), buen servicio, buen pan. Antes estaba en este local Lola & Cía, que se ha movido al principio de la calle.

Y el veredicto es…

Nota final: No salimos descontentos del Puesto 28, pero sí nos hemos encontrado una nueva tapa que adolece de los principales defectos de las tapas del centro: caras de precio, pequeñas de tamaño, calidad estándar. Lo que ha rodeado a la experiencia, el vino, el servicio, el local… ha estado bien, pero si tenemos que centrarnos en la tortilla, una tortilla de sabor bueno, pero cuyo único punto fuerte es estar recién hecha, tenemos que darle un 5,4/10
Lo mejor: Difícil que a alguien disguste esta tortilla, hecha con mimo, pero a la que le falta un punch. Se nos fueron los ojos a los calamares de la mesa de al lado, igual está ahí el truco.
Lo peor: Su precio, pero también lo incómodo de comer en cazuela.

Y tú… ¿has probado esta tortilla? ¿qué te ha parecido? ¡Vota aquí!
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Puesto 28 está en la calle Barrera en el número 28

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