Fin de trayecto, última parada de esta calle Barrera que hemos saboreado mesa a mesa, plato a plato. En todo este tiempo recorriéndola ha cerrado algún bar, algún otro ha cambiado de dueño, se han hecho cientos y cientos de tortillas y alguna ha acabado dentro de nuestras fauces… Casi se nos cae una lagrimita al recordar tanta paparota. Para terminar (por el momento) con esta conquista que nos ha llevado meses, nos acercamos a un bar especial: A Casa da Moura. Cousa rara la de este sitio. Aún recordamos cuando hace unos cuantos años, seis o siete, no había día a partir del jueves que no tuviera la hilera de mesas a rebosar de gente bebiendo, comiendo, dejándose allí los cuartos. Era quizás una época en la que había menos variedad en los bares colindantes pero a Casa da Moura era el lugar por defecto a donde ir. Ahora en 2015 el bar parece algo más desangelado. A pesar de que los fines de semana sigue teniendo gente, parece que no llega a la mitad de lo que solía tener. Sobre lo que ha ocurrido en este tiempo no tenemos respuestas. Sí que hemos preguntado a conocidos si tenían alguna idea de porque se había producido este cambio: normalmente nos argumentan que la calidad de la comida ha bajado mucho, que se han hartado de tanta fritanga o que esas bombas les han acabado por sentar regular. Tampoco hablan maravillas del servicio. Pero es rumorología. Con estas premisas, nos encaminamos nosotros también a Casa da Moura, intentando por medio de la tortilla analizar qué ha pasado en nuestra última parada barreril.
Aspecto: Pinta de mazacotillo, humeante pero mazacotillo. Un hijo tordo recien salido de la sartén.
Jugosidad: Muy cuajada, de escuela hecha pero que se deja tragar con un mendrugo de pan y una cañeja. Para los esteparios.
Sabor: Bastante mejor de lo esperado. A las 20.00 de un viernes debe ser la hora en la que sale de cuentas porque la estrenamos nosotros. Cuajada, le faltaba un poco de sal, pero bien enhebrada. Eso sí, densa y pesada.
Tamaño: Como un cubo, compactita y saciante.
Precio: Relativamente asequibles 1.60€
Otras observaciones: Servicio atento y correcto, sin alardes de amabilidad tampoco. Buen mendrugo de pan.
Y el veredicto es…
Nota final: Pues ni tanto ni tan poco. Le damos un 6/10 y pensamos que tuvo suerte de que la cogiéramos recien hecha. Pero al César lo que es del César. Ojalá este espacioso bar vuelva a llenarse pronto y los dueños den con la tecla que haga recuperar la confianza de los clientes. Seguro que saben mejor que nosotros qué es lo que falla.
Lo mejor: Potable y asequible.
Lo peor: ¿Te gusta mojar? Pues como no metas el pan en la cerveza vas listo.
Y tú… ¿has probado esta tortilla? ¿qué te ha parecido? ¡Vota aquí!
A Casa da Moura está en la calle Barrera en el número 9.
Ni olvido ni perdono.