A los atocheños (?) les habrán hecho los ojos chirivitas: ¿qué es eso de que hay un Nuevo Mundial 82? Pues lo que oís, rapazada. En el corazón del barrio de la Sagrada Familia entre dos señoras (la de La Luz y la de Fátima) encontramos un retoño con el mismo nombre del clásico bar del centro. Bueno, este dice que es nuevo, como nuevo es el reto también futbolero al que nos vamos a enfrentar a partir del domingo con el equipo de nuestros desvelos.
Así ha sido: este verano las penas del Depor las hemos tenido que comer con jamón, queso, pan, vino, tortilla, callos, raxo y toda la comida que nos hemos encontrado porque mucho era lo que había que tragar. Nuestros amigos de NENO y su Fuenlabrote y los de Cuanto Sufrimos, Martín! han intentado que no nos sentase mal pero aún estamos intentando olvidar los litros de lágrimas (y también de bebidas alcohólicas destiladas y no destiladas) que hemos derramado para superar el trámite. A partir de este fin de semana veremos si lo hemos conseguido.
Para ir sobrellevando el luto nos hemos adentrado en barrios que tenemos tradicionalmente algo olvidados, como este de la Sagrada Familia. Toque de atención pues cada vez que venimos a alguno de ellos descubrimos pequeños tesoros como este Nuevo Mundial 82 que tiene dentro ¡una parrilla totalmente funcional! Como quedaba algo feo que para desayunar preguntásemos cuando empezaban a salir los criollos pedimos una tapa de tortilla como quien no quiere la cosa.
Aspecto: En nuestras anodinas vidas disfrutamos de las notas de color, aunque excéntricas, que ponen todxs aquellxs camarerxs que deciden disponer de la tapa de formas originales. La de hoy no la vimos en nuestra puñetera vida: dos tajadas de tortilla cual tarta o queso, enfrentadas una a la otra. No importa. Las dos se jugarán la vida enfrentadas en este azaroso juego.
Jugosidad: Ya se veía llena de huevo y bien cuajada. La corteza fritita, el deje mínimamente quedoso, se puede decir que se salva por los pelinis de ser un tarugo oficial y se queda en una tortilla esponjosa. El pan barrerá las escasas migas que deje.
Sabor: Calentita, con buen sabor, con algún toque de sal coqueto y bien hecha. A medida que se come brotan a la superficie los distintos sabores como el huevo, la patata, el huevo, el huevo y el huevo. Gracias a que este sobrepresente ingrediente no estaba malo la tortilla nos gustó aunque sin espectacularidades.
Tamaño: Pues dos tremendos de pedazos de trozos bien humeantes que nos sirvieron para desayunar tres días cuatro personas.
Precio: Entre 1.5 y 2€
Otras observaciones: Nos quedamos a la expectativa de conocer si sus churrascadas vale la pena. El pan alargadito que acompañaba la tapa era decente y generoso, como los hombres de bien.
Y el veredicto es…
Nota final: Bonita a su manera, que es algo que no suele presagiar nada bueno, cuando nos asomamos a la barra a ver de dónde habían parido esta tapa vimos que este bizcocho de huevo podía pesar fácilmente como un cordero recién nacido. No somos fans de esas tortillas gruesotas que pueblan la geografía castellana pero hemos de reconocer que el Nuevo Mundial 82 nos clavó un gol de 7/10: la tortilla está buena, es barata y grande. La apuntamos para dejarnos caer por la Sagrada en el próximo partido del Depor y si puede ser, un día de churrasco.
Lo mejor: Hay gente que tiene mucho saque y no se piensa nunca en ellos. Aquí tienen un sitio que les complacerá.
Lo peor: No vais a mojar el pan, os tiene que ir el rollo cuajado.
Y tú… ¿has probado esta tortilla? ¿qué te ha parecido? ¡Vota aquí!
El Nuevo Mundial 82 está en la calle Alberto Datas Panero en el número 12