A ver. Pongámonos serios. Llamando a todas las unidades tortilleras que patrullan la ciudad. Tenemos una duda que necesitamos resolver. ¿Estamos en primavera, en invierno, en verano? ¿Por qué cambia el tiempo cada media hora? ¿Por qué no se deciden ya de una vez y podemos escoger nuestra ropa con tranquilidad? Solo falta que llueva de abajo hacia arriba porque en el lapso de la semana pasamos de cagarnos de frío a sudar la gota gorda en la misma jornada, con unas ventoleras impresionantes y algunas quemaduras de sol y así a uno le quita las ganas de abandonar el sofá y lanzarse al mundo, tenga este tortillas o no.
Que sí, que esta tierra es lo que tiene y no podemos quejarnos, pero por lo menos que dictaminen unos tiempos oficiales, como la canción de Kortatu. Que lo decidan ya. Hoy toca sol, pues sol, salimos a las terrazas, a dar un paseo por la Dársena, a tomarnos un heladito en la Colón. Hoy toca invierno salvaje: pues como mucho acercarnos al Timón con un gorro y bufanda de lana a que nos rellenen un termo de esos de 1 litro de chocolate caliente. Y el resto del día a hibernar en casa. Pero así, todo manga por hombro y sin decisión, lo único que hace es que no nos atrevamos a salir y, comodones de nosotros, utilicemos la meteorología como excusa para pedir una nueva tortilla a domicilio, esta vez a la pizzería Salentina en Agrela.
Porque ya lo hemos dicho más de una vez: en todas partes cuecen habas y en todos lados cuajan tortillas y más de una sorpresa nos hemos encontrado en sitios donde su expertise era otra y luego bordaban este noble arte del tortilleo. Hoy probaremos si en el tacón de la bota de nuestros vecinos los italianos, también saben darle la vuelta a este plato.
Aspecto: Pues al ser a domicilio y viniendo de una pizzería… blanco y en botella. Caja cuadrada de pizza y bandeja de albal. El huevo escapándose anuncia que el segundo punto de esta lista está garantizado. Buen color y mejor olor. Y encima llega humeante. Dejamos aquí imagen del corte.
Jugosidad: Muy buena. La verdad es que al pedirla ya preguntan (muy bien por ellos) cómo la preferimos, si hecha o jugosa. Luego al venir cumplen con lo encargado y tenemos a un pequeño bebé tortillero que baba huevo por todas partes. A los que esto les repele pueden pedirla más hecha y también reconsiderar sus opciones vitales.
Sabor: De textura tan suave que se deshace la tortilla llega caliente a pesar de haber sufrido el traslado. La patata tiene un corte fino y algo cocida. El huevo está sabroso. Si tuviéramos que poner un «pero» diríamos que estaba algo sosa y que tenía poca diferenciación entre borde e interior. En general, aunque no llegue a la excelencia, una muy buena tortilla.
Tamaño: Tamaño más que decente. Os decimos la medida exacta: 18 centímetros de huevo y patata.
Precio: No encontramos, por más que buscamos, el precio de la tortilla sola. Eso sí: la tortilla + una pizza mediana de 4 ingredientes + una bebida: 12€. Bien barato.
Otras observaciones: La atención es buena, los precios muy decentes y la tortilla aguanta bien el paso de las horas. La comimos al día siguiente y no sabríamos decir si casi estaba más rica.
Y el veredicto es…
Nota final: Pues pocas opciones mejores de calidad/precio encontraremos para que traigan una tortilla a nuestra casa. Aunque siempre serán mejores consumidas en el local, no se merece menos esta tortilla Salentina que un 8/10. Esperemos que no tengan que darnos más lecciones los italianos de como hacer un plato tan coruñés pero esta vez ¡hay que reconocérselo!
Lo mejor: Barata, de buen tamaño y sabrosa. ¿Quien da más? La posibilidad de escoger si la quieres hecha o no también suma puntos.
Lo peor: Es difícil que una tortilla a domicilio pueda competir en igualdad con una buena tapa de taberna. A esta le falta un punch de sal y quizás algo más de sabor. Pero complicado que no guste.
Y tú… ¿has probado esta tortilla? ¿qué te ha parecido? ¡Vota aquí!
El Restaurante Pizzería Salentina está en la calle Gambrinus 9-11 en el Polígono de Agrela.