No fueron pocos los que nos animaron a acercarnos por el final de la calle Chile, tampoco era la primera vez que degustábamos uno de sus churrascos nocturnos o uno de sus vermús y callos los domingos por la mañana. Pero sí, en el Silandeiro jamás habíamos catado la tortilla. En pleno verano, volviendo de la playa o disfrutando de la vida estival simplemente, que nos dejásemos caer por este sitio era solo cuestión de encontrar un momento. Y ese momento llegó, «silandeiro», solo roto por nuestros estómagos rugientes.
Aspecto: Portentosa, potente. La tortilla luce presencia en un plato, se ve cuajada de lejos y con portes de señora tapa.
Jugosidad: La tortilla es jugosa sin alardes, tiene mucho huevo pero todo bien cuajado. Para aquellos que huyen del líquido, una muy buena.
Sabor: Más que bueno, una tortilla rica con toques mágicos.
Tamaño: Bien, contundente, no escatima. Vale la pena.
Precio: 1.60€ que se hacen buenos
Otras observaciones: Buen pan, servicio excelente y cariñoso, pinchitos con la consumición, ofertas, menús de churrasco y navajas… En este punto ¡lo bordan!
Y el veredicto es…
Lo mejor: Buena tortilla, amigos del huevo se vengan aquí ipso facto. Grande y bien de precio.
Lo peor: Si lo que quieres es que moje, pues mejor otro sitio.
Alabo la iniciativa pero se agradecería una descripción precisa de la dirección de los locales que analizáis
Un saludo