Taberna A Nova Ría

Tortilla de A Nova Ría
La siguiente entrada fue escrita hace más de cinco años así que es probable que esté desactualizada.

María Pita ya está de troula, ya la habéis puesto a bailar. Este año le ha tocado a Romay hacerlo, al que aún se le ve a veces por las tascas del bulevar de Salvador de Madariaga tomandose una cañita, si es que acaso el bar no tiene los techos muy bajos. Imaginamos que el resto de coruñeses de pro también se ha enterado: Xoel López puso la música en el inicio y el alcalde entre el público parecía que le daba su aprobación al pistoletazo de salida. Pedro Mosquera, al que tampoco le sirven los techos bajos y aguanta como reducto turco en un Deportivo en el que esperamos se filtre Abegondo, seguro que saca tiempo entre amistosos para para disfrutar de algún concierto del Noroeste. Y seguro que Bergantiños pidió permiso en Xixón para acercarse a la Romería de Santa Margarita, que le queda al lado de casa.

Nos faltan otros tantos de los que no tenemos duda que también andan de rachí por ahí ¿o alguien piensa que Cañita no ha sacado ya las castañuelas? ¿estará Manuel Rivas poniendo la oreja a ver si los ecos de las habaneras le cuentan historias de ultramar? Seguro que sí. Y faltamos los tortillers, que aunque no somos tan ilustres también nos bailan las piernas a las primeras de cambio y vivimos las fiestas de la ciudad con mucha ilusión. Soltamos aquí la primicia: confirmamos nuestra asistencia y algunos hasta nos hemos cogido vacaciones para no tener que mirar el reloj si la noche se alarga.

¿Y comemos? Pues claro que sí, porque ahora que la Feira das Marabillas ya pasó y se llevó con ella sabores tan medievales como el kebab y la pizza, volvemos al plato que para nosotros es a la vez patria y fiesta: la tortilla de patatas. Y qué mejor que comentar hoy la que catamos en una paralela a una plaza de María Pita que ya es raro verla sin estar a rebosar. Antes de que los turistas ocupasen todos los locales de Capitan Troncoso, entre verbena y verbena nos pedimos una tortilla en A Nova Ría.

Aspecto: Pues engalanada, muy casera, muy apañada. Tortilla de bella factura que anima a meterle el diente. Carismática y apetitosa. Aquí tenéis el corte en tapa.


Jugosidad: Diríamos que media, pero eso no quita que se deshaga al atacar con el tenedor y que incluso permita un leve mojeteo de pan. Pero sin pasarse, ni un primo tiene de la escuela betanceira.
Sabor: Lo mejor de esta tortilla son los ingredientes: tanto las patatas como los huevos se notan caseros, caseros (se ve también cuando se pide el plato estrella de A Nova Ría: los huevos con patatas). El punto flojo era el reparto de la sal. Mientras algunos trozos estaban demasiado salados, a otros le faltaba un toque. Nada que no solucione una mejor mezcla. Por lo demás una tortilla finita, sin mal sabor (aunque la patata estaba para nosotros algo más cruda y gruesa de lo deseable) y desde luego casera.
Tamaño: Pedimos una tortilla mediana y creemos que llega para 4 personas. Grande.
Precio: Muy buen precio, 8.50€ por ella.
Otras observaciones: Ya cantamos alabanzas de los huevos fritos. Además de eso el pan es bueno y el servicio también.

Y el veredicto es…

Nota final: No vive en mal sitio esta tortilla de A Nova Ría para disfrutar de las fiestas: casi en primera línea de combate. Será quizás por eso que la encontramos algo cansada, sabrosa pero no excelente y con algún fallo patatil que nos chirriaba. Pero es innegable que esta tortilla con ingredientes inmejorables y buena mano de la cocinera es una buena opción para tomar en un descanso de cualquier concierto, aunque no llegue al notable. Nosotros le damos un 6.2/10.
Lo mejor: Tortilla casera y a muy buen precio.
Lo peor: El reparto de sal y la patata algo cruda.

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La Taberna Nova Ría está en la calle Capitán Troncoso en el número 16.

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