¡Estamos de vuelta! Hemos recuperado fuerzas en un más que necesario descanso y hemos aprovechado para montar nuestro Instagram y degustar tortillas bastante magníficas (y otras no tanto) que esperamos compartir con vosotros bien pronto. Y es que vayas a donde vayas en esta ciudad de viento encuentras tapas poblando las mesas como setas en el monte de otoño. Y como setas en el monte también surgen en los barrios «de pelas» los bares de postureo, vermucito y estética cool como el que alberga la Cafetería El Olivo. Porque Coruña, mal que nos pese a algunos, también tiene un regusto pijunis dependiendo de la zona. Al final el Imperio Textil™ parece que influye en más aspectos de los que creíamos…
En uno de estos barrios, cerca de una zona con edificios bien caros (y con lamentable orden de derribo que a ver como se soluciona…) encontramos este lugar, que ya nos extraña que se ponga de nombre «cafetería» y no gastrobar, vinoteca o lounge club. Pero salvemos el match ball: lo importante es que aun en estos ambientes, la tortilla siempre está presente ¡Tres hurras por El Olivo! Allí nos colamos en un estado de emergencia hambrienta que nos coincidió a la hora del vermú paseando por Alfredo Vicenti. Y claro, hubo que tapear.
Aspecto: Bastante decente, color cobrizo y un interior que vislumbra algo de jugosidad. Sin excesos, correcto. Borde grueso, sin quemados y de tamaño imponente.
Jugosidad: Algo de mojetillo deja, tampoco sobrante pero apostando sobre todo por la cremosidad.
Sabor: Por lo general sabrosa, buena mezcla de patata y huevo que no duele comer. Bien de sal, bien de consistencia. Aceptable. Tiene algún regustillo que no sabemos identificar, eso sí.
Tamaño: Muy saciante aunque algo hueca. Suficiente y satisfactoria.
Precio: 1.60€ en terraza. Más que acertado.
Otras observaciones: El sitio se presta al vermuteo pijunis cosa mala, es su nicho, y los precios que no son los de la tortilla son de ese maldito calibre: algo altos de más. Sin mal pan y sin mal servicio. Ofrecen pinchos gratis, que siempre se agradece.
Y el veredicto es…
Nota final: Pues pijunis o no, la tortilla siempre triunfa. En este Olivo ha sido de lo mejor que hemos tomado. Le dejamos un 6.4/10 a un plato bastante competente pero que, como esperábamos, tampoco es para tirar cohetes.
Lo mejor: Quita el hambre absolutamente. Buen trozo.
Lo peor: Se echa en falta algo más de personalidad: un poco más fina, un poco más jugosa, un poco más de sal, algo que la convierta en una signature de un local tan elegante.
Y tú… ¿has probado esta tortilla? ¿qué te ha parecido? ¡Vota aquí!
La Cafetería El Olivo está en la calle Alfredo Vicenti en el número 10.