Ya hacía tiempo que queríamos pasarnos por el Mahara Taberna Rock, un local al que vale la pena seguir la pista aunque solo sea para partirte la parte posterior del cuerpo con sus publicaciones en redes sociales. Y es que esta autodenominada kerriko-taberna, además de fans incondicionales presume de tener multitud de opciones veganas entre sus platos, ser pet-friendly y rodear toda la experiencia gastronómica del sacrosanto halo del rock’n’roll. Pero a nosotros, aunque atraídos por estos cantos de sirena, lo que nos importa es su tortilla.
Es llegar los primeros rayos de sol y comenzar a monetizarse el verano en forma de ritmos. Y es que si el año pasado volvió a haber conciertos en Riazor este año parece que no hay hueco de la ciudad que se libre de ellos: el puerto, los jardines de Méndez Núñez, la Plaza Pontevedra… todos tendrán conciertos en verano. Y aún nos falta por saber qué nos depara el Noroeste Pop Rock, que durante esta legislatura se hace de rogar para anunciar sus nombres. A ver si para cuando salgan traen de la mano una propuesta ecléctica y paritaria, que aunque no lo parezca a veces ya estamos en 2023.
Nosotros lo celebramos y tanto es así que de camino al Mahara para recoger nuestra tortilla para llevar nos dimos un paseo por el centro de la ciudad imaginándonos como quedarían todos esos escenarios en donde pasaremos buena parte de la temporada estival. Bueno, no encima de ellos, que de momento no nos dedicamos a la canción, pero ya nos entendéis. Con ya las caderas pidiéndonos contoneo, os traemos la crítica.
Aspecto: Amarilla a rabiar, pero con una cantidad de manchas negras que confirmaban sartén de más. Di no al carbonizado.
Jugosidad: Excelsa. El huevo a medio camino entre la cremosidad y el líquido. Delicado y de tragadera fácil, anima al mojeteo y tiñe el plato.
Sabor: Su olor la precede, como pudo disfrutar el resto de pasajeros del bus en el que la trajimos. El punto de sal es el justo para darle un saborazo. La patata en lascas está blandita y no ofrece resistencia, pero se hace notar su presencia. El huevo riquísimo se apunta a este baile juguetón. El borde está frito y tenemos la sensación de que incluso con unas horas podría ganar puntos.
Tamaño: Algo pequeña para su precio. Parece una media ración, como dos tapas. En otros locales por poco más nos hemos encontrado una tortilla enorme. Teóricamente, es para 1/2 personas… pero deben comer poquito.
Precio: Pedimos una pequeña a 8€, pero también la hay grande a 15€ e incluso vegana.
Otras observaciones: Como ya comentamos el local es pet-friendly y tiene múltiples opciones para veganos.
Y el veredicto es…
Nota final: Apetitosa y muy palatable, la tortilla del Mahara nos hace headbangear del gusto. Una tortilla que si obviamos sus dos principales defectos se vuelve un plato estupendo, al que disfrutar desde el primer mordisco hasta el último paluego. Tiene que haber héroes y estos se llevan un 7,8/10
Lo mejor: Su sabor, todos los ingredientes funcionan como una orquesta de cámara.
Lo peor: No sabemos si por estar en el centro, pero el precio nos parece algo abultado para su tamaño, probablemente sea mejor opción la grande. Los quemados tampoco tienen mucho perdón de Dios.
Y tú… ¿has probado esta tortilla? ¿qué te ha parecido? ¡Vota aquí!
Mahara Taberna Rock está en la calle Orzan en el número 36