Esta vez el pueblo ha hablado. Hicimos una encuesta en Twitter y decidisteis que la próxima tortilla tenía que ser del barrio de Os Mallos. Pues aquí está: en una de las calles que bajan de la plazuela de la iglesia de San Benito una tortilla brota como un champiñón (o un muffin) en la cafetería Bakery Bike.
No deja de fascinarnos como la tortilla se acaba colando en todo tipo de establecimientos. El de hoy, que parece especializado en tartas y bizcochos, no deja de ser el último de una larga lista de sitios que distan bastante de la típica tasca taperil. Hemos comido tortillas en heladerías, en hipermercados, en pulpeiras, en churrerías y hasta en tanatorios y al final de lo que nos damos cuenta es que este plato es denominador común: a todo el mundo gusta y en todos los sitios encaja.
A cada uno la edad le sienta de distinta manera. Si algunos se vuelven adictos al chocolate, aquí los tortillers cada vez huimos más de la repostería. A cambio, nos estamos atrincherando en la ración, la tapa, el plato con cuchillo y tenedor y si el hambre aprieta directamente de la olla. No llegamos a tanto en el Bakery Bike pero junto con un sabroso café sí que nos apretamos una tortilla entre los dientes, pasando de los bizcochos que, con buenísima pinta, nos miraban desde sus bandejas.
Aspecto: No era especialmente bella. Pinta de tarugote, grande y fea, como si un viejete gris se hubiera acostado en nuestra mesa.
Jugosidad: Poca. Se desmiga, se vuelve algo pegajosa, más que recomendable líquido para acompañarla.
Sabor: Pues incluso atractivo. Acaba con un deje dulce probablemente por la mezcla de aromas de local. De buen regusto. Es tortilla por la que han pasado las horas pero que mantiene bien el tipo. Aprueba en el sabor.
Tamaño: Grande y saciante.
Precio: 1.70€ de tortilla en un ambiente inhóspito.
Otras observaciones: El pan es calité y el servicio es bueno (aunque algo lento). Quizás el local sea algo cuqui de más para nuestros estándares pero, visto la cantidad de sitios así que hay en la ciudad, está claro que somos minoría. Mucha tarta para los larpeiros y precios asequibles.
Y el veredicto es…
Nota final: Por muy fieles que seamos se nos iban los ojos mirando a las tartas y bizcochos del Bakery Bike. Nos resistimos y catamos esta tortilla, vetusta pero aceptable, que sirve perfectamente para salir del paso si tenemos la glucosa alta. Se lleva un 6/10.
Lo mejor: Quita bien el hambre a un precio asumible.
Lo peor: Es un poco taruguera, cuesta que baje.
Y tú… ¿has probado esta tortilla? ¿qué te ha parecido? ¡Vota aquí!
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Bakery Bike está en la calle San Vicente en el número 15
