O Corno

La siguiente entrada fue escrita hace más de cinco años así que es probable que esté desactualizada.

En la Barrera a veces parece que se disputa un partido milenario. A un lado de la calle, tascas de toda la vida con carteles de cocacola y cocinas aceitosas reivindican el derecho a la Coruña choqueira, de zafarrancho, de tradición, de barril, raxo y cunca como forma de vida. Es la Coruña de los torneos de llave de Santa Margarita y los nombres antiguos de calles, de las tiendas de sombreros y los pósters del Depor del 95.

En la otra orilla, arrollando como solo saben los tiempos modernos, todos esos locales jóvenes, gastrobares de tapas rebuscadas que levantan la sonrisa y el bigote al más escéptico, rapaces que se levantan muy temprano para moverle la silla a los más consagrados, conscientes de que si quieren llegar a ser como ellos solo va a ser a base de tazas y tazas de caldo. Es la Coruña esferificada, la de las vanguardias creativas y las carreras populares motivacionales, el motor de una Galicia que cual cohete está calentando motores para despegar.

Aunque nosotros seamos algo nostálgicos y melancólicamente nos guste mucho más esa Coruña clasicota e inmovilista, también nos apasiona ver como la ciudad se reinventa y se viste a la moda cada estación para seguir creciendo. Ahora, en el tema tortilla ya no sé si estamos muy a favor de las novedades. Después de todo, si algo es perfecto… ¿para qué cambiarlo? Por eso esta vez caimos del lado enxebre de la Barrera y visitamos O Corno, que aunque es una tasca de toda la vida, ya empiezan a asomarse a su carta innovaciones exóticas como si el pasado y el futuro de los bares se fuesen dando la mano de vez en cuando.

Aspecto: De asomarla al balcón y rondarle ¡vaya pibón! Guapa como la que más, de esas que ves llegar y te dan ganas de preguntar si se han hecho algo nuevo. No sabemos si es belleza natural o la maquillan en la cocina pero a la mesa llega tan reluciente como podéis ver en la foto. ¡Hasta el huevo líquido parece que lo pintó Lugrís!
Jugosidad: Jugosa, jugosa. En su justo punto. Que afortunados somos cuando la acaban de sacar de la sartén. Punto justo de cuaje para amantes del posterior mojeteo.
Sabor: Quizás le faltase un poquito de sal pero estaba deliciosa. Una patata que brilla especialmente y una temperatura de recién preparada. A ese paladar nuestro que tanto maltratamos a veces con comida basura, buena falta le hacen estos regalitos para que nos perdone.
Tamaño: Generoso, sobresalía del plato, suficientemente grande.
Precio: Esta buena tortilla cuesta 1.90€ que quizás pudieran haber sido menos para redondear la jugada.
Otras observaciones: A falta de uno, dos trozos de pan y dos tenedores. Muy bien por el servicio. Regalito de lentejas mientras esperábamos y una carta plagada de pinchos originales.

Y el veredicto es…

Nota final: Mientras degustábamos apasionados este plato tres señoras entraron y en voz alta dijeron «uy, este no es, es el de al lado». Pues no señora, este también es y se lleva un 8/10 por su magnífica tortilla. Bien por O Corno.
Lo mejor: Tortilla de escaparate. Cocinada muy seria con un resultado muy sabroso.
Lo peor: Quizás se nos antojan algo caros los 1.90€. Con algo menos nos conformaríamos.

Y tú… ¿has probado esta tortilla? ¿qué te ha parecido? ¡Vota aquí!
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O Corno está en la calle Barrera número 30

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