La Tertulia

La siguiente entrada fue escrita hace más de cinco años así que es probable que esté desactualizada.

Sabemos que últimamente somos algo infrecuentes. Echémosle la culpa a la primavera que nos desordena las hormonas y nos deja embelesados mirando la ventana y Gran Hermano y sin acordarnos de tomar nuestra dosis de tortilla habitual. Encima, con el calor, en cuanto vemos un parche verde en el hormigón allí nos tiramos a echar una siesta o unas cartas. Así no se puede. Si los balonazos no nos cruzan la cara, si los perros no nos arrollan, tirarnos en Los Puentes (donde está La Tertulia) es un plan de domingo más que apetecible.

Y no estamos en contra de los balones ni de los perros, sobre todo estos días que estamos rezando porque nuestros once perros de presa blanquiazules salgan a mandar los balones a las redes de la portería rival y pasemos un añito más en la categoría que nos pertenece. Lo tenemos en nuestras oraciones y en nuestras charlas, que no os creais que no son variadas. Que qué centrales metemos el domingo, que cómo lo está haciendo la Marea, que si nos gusta la nueva Marina, que si con cebolla o sin cebolla. Lo que está claro es que el terraceo y los parques favorecen el largar como cotorras, el opinar sobre todo e incluso el ejercer sutilmente de cuñado esporádico. Con tal premisa no podíamos ir a otro sitio que La Tertulia, cuando el frío aprieta, a seguir estas disquisiciones sobre el mundo. Porque no hay balonazos.

Aspecto: Buena pinta, asomaba lo que prometía. Lanceolado leopardo tortillero.
Jugosidad: Huevo deslizante y jugosidad aceptable.
Sabor: Típica tortilla fría y rica, muy sabrosa y de patatatilla fina. Aconsejable.
Tamaño: Grande, generosa.
Precio: Euro y medio para que no nos quite el habla.
Otras observaciones: Gran servicio, pinchos gratis, bar enorme y pan fresco y casero. Muy bien.

Y el veredicto es…

Nota final: De tertulia seguimos debatiendo cuanto le damos a esta tortilla. No hay debate posible, por unanimidad le cascamos un 7,4/10 que con dos vinos más le subiríamos hasta el ocho. Si «o falar non ten cancelas», el tortilleo no tiene límites.
Lo mejor: Una buena tortilla fría vale oro. Muy sabrosa.
Lo peor: Que calentita también estaría bien.

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La Tertulia está en en el Paseo de los Puentes en el número 8

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