Tortilla de calabacín

La siguiente entrada fue escrita hace más de cinco años así que es probable que esté desactualizada.

A ver. Hemos visto que os gustaba eso de que nos pusiéramos manos a la obra e intentásemos construir tortillas alternativas. Es cierto que la del microondas no nos dejó satisfechos y eso que le pusimos muchísimo cariño y esmero para hacer de ella un producto comestible pero en la vida no todo es querer y ponerle ilusión y nos salió algo una tortilla un poco regulera. No nos dimos por vencidos, estamos seguros de que habrá algunas que puedan competir con nuestra querida tortilla de patatas. Y si no superarla, al menos servir de noble sucedáneo, que no es poco. Para este nuevo experimento pensamos que si quitándole el aceite ya hacía difícil mantener un producto de calidad, qué pasará si le quitamos otro de los ingredientes y hacemos una…

TORTILLA DE PATATAS SIN PATATAS Y CON CALABACÍN
(para los que hayan tenido un trauma con Mr.Potato)

No entendemos como alguien puede odiar a este idolatrado tubérculo que hasta identificamos con nuestros órganos más imprescindibles. Porque cuando a uno le tocan «en la patata» le tocan en lo más hondo, podríamos pelearnos a muerte contra cualquier que dudase de nuestras patatas de Coristanco o de Bonilla A La Vista y lo primero que hicimos al llegar a Bélgica fue ir a comer unas patatas fritas nacionales (los mejillones también, pero de eso creo que sabemos más que ellos por estos lares). Así que ya de primeras miramos con recelo a cualquiera que quiera prescindir de la patata en su dieta. Respetamos pero no compartimos. Ahora, gente hay pa tó y alguno igual su chaman le dijo que en la patata se esconden todos los males y que mucho mejor que la lance lejos (con cuidado, que esto puede hacer daño). Siendo así y para dar respuesta a los tortilleros de todos los pelajes, decidimos sustituir este ingrediente por otro que viene de la huerta y que creíamos que podía tener características similares. Para ello realizamos una labor de investigación y encontramos que en los blogs Directo al Paladar (hasta con queso brie) y El Comidista ya habían probado a hacer este mejunje. Eso sí, algunos de ellos solo la sustituían parcialmente, no como aquí que guardaremos todas las patatas en un cajón e intentaremos olvidarnos que nos miran desde allí con sus ojos pidiendo que las bañemos en huevo.

RECETA

Ingredientes (para una tortillita pequeña)
– 
Dos calabacines (que ya veréis que deberían haber sido más)
– 5 huevos (que a lo largo de la receta fuimos quitando porque se nos fue la olla, es probable que el número correcto sean 2, el mismo que de calabacines)
– Sal
– Aceite
– Cebolleta (tras un duelo dialéctico, la facción sincebollista de la página aceptó añadirle un poco de cebolleta con temor de que la tortilla no supiese a absolutamente nada)

1. Preparamos los calabacines. Una forma fácil es pelarlos usando un pelapatatas (vamos a intentar no pensar en ellas) y luego cortarlos en rodajitas finas y cortarlos en 4. La cebolleta la cortamos en trocitos finos porque vamos a pocharla un poco en la sartén.

2. Y efectivamente pochamos la cebolleta con abundante aceite. Cuando coja color incorporamos todo el calabacín.

3. Cuando veamos que reblandece como una patata (ay) sacamos todo de allí. El calabacín tiende a chupar aceite cosa fina así que nosotros lo hemos puesto «a escurrir» un rato para liberarnos de toda la aceitada padre. Como veis además, los dos calabacines se quedan en nada.

4. Luego llega una parte fabulosa que es sin duda donde se demuestra el buen hacer tortillero: el batir de huevos. En la primera receta que hicimos os enseñamos los huevos (con perdón) y ahora os diremos como batirlos. Es un movimiento con el tenedor así de soslayo como de sacar huevo y volverlo a meter para que se vaya rompiendo y mezclándose yema y clara hasta ser un líquido uniforme y con burbujitas. Ok. Es cierto. Ni Dios va a aprender a batir un huevo con esa explicación, pero os invitamos a que probéis vosotros mismos los que no seais expertos batidores ya y descubrais que es más fácil de lo que parece.


5. Una vez tenemos el calabacín bien escurrido (con perdón) y los huevos batidos, unimos las fuerzas de ambos y los mezclamos en el bol. Aquí es cuando con gran pesar nos dimos cuenta que habíamos usado demasiado huevo y sacamos un poco con cuidado. Esto fue apróximadamente el 50-60% del huevo, como os comentábamos en los ingredientes. Eso sí, como en esta casa nada se tira se aprovechó para hacer una sabrosa tortilla francesa rellena de jamón y queso (como un sandwich mixto de huevo) que aquí no hacen falta excusas para seguir tortilleando.


6. Tras esto a la sartén y a cuajarla con no más de 3 vueltas.


Y el resultado es el que veis…

Tampoco está mal, ¿no? Ahora viene lo duro, como debe ser, solo queda…

LA CRÍTICA

Aspecto: Pues no sabemos si se nos ha tostao un poco pero tiene ahí unos melanomas un poco feos. Por lo demás, como le hemos dejado algún verdecito (no de piel pero de la parte intermedia) del calabacín, parece un poco la tortilla del increíble Hulk. Eso sí, al cortar tiene un aspecto un poco blanquecino. Es una tortilla a la que le preguntarías si no estará incubando algo que le ves un poco febril.
Jugosidad: Imposible ser más jugosa. Intentamos cuajarla más para paliar todo el efecto-calabacín pero ni con esas dejó de ser ultrajugosa y babarse en cada corte.

Sabor: Pues lo primero que el equipo tortillero notó al catarla es que la cebolleta se nota y le aporta un toquecito dulce nada desagradable. Sobre todo porque el resto tiene un sabor flojito, rico, pero más adecuado para aquellos que les gusta una tortilla suave. Creemos que se podría corregir echándole más sal pero también es porque el calabacín no tiene tanto sabor. Es bastante afrancesada (aunque quizás por la proporción calabacín/huevo) y los calabacines no se fríen igual. Aprueba.
Precio: Igual que la de patatas, el calabacín y la patata cuestan similar.
Tamaño: Se hace muy ligera de comer así que o haces mucha (y es posible que harte) o preparala con algún otro acompañante.
Otras observaciones: Creemos que también iría bien en bocadillo, como un embutido tortillil.

Conclusión final: Pues esta segunda prueba nos ha gustado más que la tortilla con patatas al microondas pero nos sigue dejando un poco frios. Tortilla muy ligera, quizás más sana que la tradicional pero que no puede competir ni de lejos con el sabor de la tortilla de patatas. Se acerca más a una francesa. Soluciona una cenita frugal y todo amante de la hiperjugosidad deberia probarla. Eso sí, el aceitazo que chupa el calabacín hay que controlarlo. Dejamos que esta tortilla se lleve…


3 huevos (sobre cinco)

Y esperamos también vuestros comentarios o sugerencias. Por cierto, la francesa que hicimos con el huevo sobrante sí que quedó de escándalo.

 

2 comentarios en «Tortilla de calabacín»

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