Igual nos hemos pasado. Vimos que os animabais con eso de las tortillas estrafalarias y nos vinimos arriba. Incluso empezamos a hacer caso a vuestras sugerencias suicidas, sin saber si acaso seríamos capaces de afrontar tales retos. El de esta vez cambiaba de registro y admitimos que nos ha pillado demasiado confiados. Empecemos por el principio: nuestro querido seareiro tortillista Keko Ponte nos lanzó un guante que temerarios de nosotros no supimos esquivar: hacer una tortilla de manzana. A primera vista pudiera parecer algo sencillo, la manzana se puede cortar casi como una patata y hasta parece tener el mismo punto de fritura. Pero claro, no iba a ser tan fácil, al fin y al cabo estábamos cocinando un postre y no algo para tomarse así de pinchito en una terraza como un vermú. Hemos de decir que no teníamos ni repajolera idea de como atacar este asunto así que buscamos por internet y encontramos una receta que nos tenía buena pinta en el blog Directo al Paladar, el cual seguimos con ilusión y os recomendamos encarecidamente en caso de que queráis llevar a cabo esta receta con más éxito. Porque lo que viene ahora puede ser tomado más bien como un ejemplo de como no hacer una…
TORTILLA DE MANZANA
(qué desperdicio de sidra)
Es impopular, lo sabemos. El chocolate tiene adeptos por todo el mundo, los bizcochos mojaos en el café otro tanto y si no te gustan los muffins ahora pareces abocado al escarnio público pero… a la fauna tortiller donde esté un pincho salado que se quite un bollito de crema. Somos así. Lo que es la pastelería y eso, pues bien, pero porque no vas a hacer el feo y al final eres un comechón y no haces prisioneros de lo que hay en la mesa, pero lo que nos gusta-gusta es lo anterior al postre. Nuestras madres no nos tenían que amenazar con dejarnos sin las natillas si no comíamos, eso es así. Cuando recibimos el encargo de hacer de la tortilla un postre pensamos que qué faena de desperdiciar el buen nombre de este plato, pero como muchos de nosotros, hemos de reconocerlo, también somos muuuuy aficionados a la fruta, pensamos que quizás la manzana podría tener un tiento entre tanto huevo. Sin más dilación, juntamos un equipo tortillero que se pusiera a los fogones y esto fue lo que perjeñamos.
RECETA
Ingredientes (para una postre para 3 o 4)
– Dos o tres manzanas
– 3 huevos (pero ya veréis como se quedan cortos)
– Canela y azúcar
– 70 – 100 gr de mantequilla
– 100 ml de agua
1. Pelamos las lustrosas manzanas sin que nos lo sugiera ninguna serpiente bíblica
2. Las cortamos en gajos, algo más gruesos que las patatas de una tortilla
3. En la sarten calentamos la mantequilla y cuando se derrita le echamos la canela (a discrección, que no falte, un montón bueno, como si fuese pa una boda) y los gajos de manzana
4. Durante 2 minutos dejamos que las manzanas se rebocen bien. Después de esto le echamos el agua y dejamos que vaya ablandando los gajos mientras se reduce el líquido.
5. Cuando hayan ablandado bien, echamos el azucar (también a esgalla), dejamos un par de minutos y venga, la mezcla a los huevos que hemos batido previamente.
6. Tras esto a la sartén y a cuajarla bien, que aquí no se lleva el mojeteo
Y el resultado es el que veis…
Una castaña. No todas las tortillas salen bien y a esta o le faltaba huevo o algo le pasaba porque se nos desmiga a Dios. Pero bueno, no vamos a desvelar nada y pasemos a la auto-crítica…
LA CRÍTICA
Aspecto: Pues una broza fina. Aquí veis el corte en tapa. No sabemos si nos pasamos con el cuaje o nos faltaron huevos pero este que iba a ser un postre bien engramado no se tiene en pie. Encima, parece rebozado. Una desgracia.
Jugosidad: Bastante buena. No es que busquemos el mojeteo ni mucho menos pero entre el agua (que desaparece pero queda su efecto) y la manzana blandita, pasa sola por la garganta.
Sabor: Salado no sabe, claro. Sabe como un revuelto de apple pie desmontado y de textura rara. No está mala pero casi lo mejor que se puede decir es que tiene un sabor curioso.
Precio: Pues no sabemos si la manzana está mucho más cara que la patata pero suponemos que el coste no será demasiado distinto.
Tamaño: Es ligera pero al estar caliente cae a plomo. Para servir en trozos pequeños.
Otras observaciones: Una buena bola de helado encima y quizás el cuento este mejore.
Conclusión final: Pues seguro que bien cocinada está muy buena pero lo que hemos hecho nosotros no tiene mucho por donde agarrar. Desde luego mejor gastar los ingredientes en otra cosa mucho más provechosa. Es posible que la manzana en la tortilla sea algo metido con calzador así que hasta que alguien no nos sorprenda (¿algún voluntario?) con una versión mejor de este plato nos vemos abocados a darle…
1 huevo y medio (sobre cinco)
Y ya nos preparamos para ver si en el próximo reto lo hacemos mejor. Como curiosidad os contamos algo. Hicimos paralelamente una mini tortilla sin canela y quedó francamente mejor (aunque la consistencia y el sabor seguía siendo raro…). Pero bueno, aquí quede para demostraros que se puede hacer mejor.
¡Bravo! ¡Qué viaje a lo desconocido! ¡Qué temeridad!
Cuando lancé el reto pensaba “No lo van a hacer ni tifos de vino” y mira!
Un apunte: la que probé yo estaba buenísima pero no era postre. Tenía patata y manzana.
¿Patata y manzana? Aún acabaremos intentándolo otra vez…